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Entrevista:

Peter Fonda: "Soy como un perro malo que disfruta mientras desobedece"

Andrés Fernández Rubio

El actor, director de cine y productor Peter Fonda estuvo los tres últimos días en Madrid invitado por el Festival de Cine (Imagfic). Una película que protagoniza, Peppermint frieden, se proyectará en el certamen. Hijo de Henry Fonda y hermano de Jane Fonda, el guionista, productor e intérprete de Easy rider -filme en el que cristalizó la contestación juvenil norteamericana de los sesenta- mantiene ese aire independiente que le hizo célebre y rico. "Soy como un perro malo que disfruta mientras desobedece", afirma.

Fonda aparece por la mañana animado por una energía extraña. Es alto y delgado y se mueve, como S u padre, con una mezcla curiosa de temor y decisión. Va muy aseado y, cuando no viste un traje blanco su ropa es informalmente impecable y en la cazadora de piel destacan dos pequeñas calaveras de metal. "Llevo la muerte en las mangas, pero no en el corazón", dice. Se quita las gafas; oscuras y los ojos son exactamente iguales a los de Henry Fonda, de un idealismo un poco enfermizo. Él lo sabe mira a la lámpara y dice: "Gracias, papá".Fonda fue el hijo menor que dio, aún más que su hermana, muchos quebraderos de cabeza al gran actor y jefe del clan. "Pero las últimas palabras de mi padre", afirma, "unas horas antes; de morir, fueron éstas: 'Te quiero mucho, hijo mío'. Mi hermana se molestó. Se dijo: '¿Por qué a él, si es la oveja negra?" Tengo muy poco que ver con la familia de la que provengo. Fui hijo y hermano de la que me tocó pero de forma muy diferente a la que ahora he creado como marido y padre. Tengo tres hijos y soy soberano y generoso. Ellos me aman porque no hay secretos, gasto momentos intensos con ellos. Prefiero ser el capitán del barco antes que un civil en tierra".El juego con las palabras es algo que define a Peter Forida, junto a su ingenio insolente pero educado. Se permite criticar a su hermana para luego afirmar: "Ella me acepta y las mayores 31 certeras críticas salen de su boca".En una ocasión fue detenido por rasgar encolerizado un cartel, de un grupo pronuclear, que decía: "Arrojad a Jane Fonda a las ballenas". El texto aludía a las posiciones ecologistas y antinucleares que siempre ha mantenido la actriz.

Peter Fonda nació en Nueva York en 1940. Inició estudios de psicología, que luego abandonó. Se jacta de que en los tests del colegio su coeficiente intelectual era muy superior a la media general.

Pronto comenzó a escribir -"hice mi primera obra de teatro a los trece años", señala-, y realizó el guión y produjo la película Easy Rider, en 1969, dirigida por Dennis Hopper, con quien la coprotagonizaba.

Cine independiente

El filme tuvo una enorme resonancia y logró grandes beneficios. Su ponía un éxito del cine independiente, alejado dé la gran industria, una cristalización de un nuevo movimiento generacional que cuestionaba el sistema político, y el empleo de una banda sonora de temas de rock y de pop relacionada estrechamente con el contenido.

"Antes de hacerlo", dice Fonda, "ya era un nuevo western, basado en el espíritu literario de Hermann Hesse y lleno de referencias a las películas Centauros del desierto y Las uvas de la ira, de John Ford. Había varios niveles en el proyecto, y uno de ellos era estrictamente comercial. Easy rider tocaba el corazón de la gente y se convirtió en un himno".

La película es un relato de carretera, transformados los caballos de los westerns en grandes motos. El espíritu anticonvencional que quería imponer no ha cuajado, según Fonda. "En la sociedad actual existe la misma estrechez mental que en la de entonces", dice. "Sigue el racismo, predomina la compasión y no se dedica tiempo al planeta, que es nuestra casa".

"Hoy tampoco es el tiempo de los perros rnalos", prosigue, "y si volviese a otra época me gustaría ser Thomas Jefferson, para derrocar a un gobierno que no es de la gente, por la gente y para la gente, y en el que los políticos son buró cratas preservando sus puestos. Estados Unidos es una nación de ovejas. Todas blancas menos los que somos ovejas negras".

La ira cínica de Peter Fonda también reconoce lo difícil que ahora resulta ser auténtico, y una de sus pasiones cinematográficas es hacer anuncios comerciales para la televisión, trabajo que se junta a las tres películas que ha dirigido, más de 10 que ha producido y otras 31 en que ha actuado. Pronto quizá intervenga en una con su hermana. Mientras tanto, aspira a la felicidad, promociona sus trabajos, trabaja y toca la guitarra. "La música es la ropa del amor, y el amor es lo más cercano al absoluto", explica.

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