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El quite de Esplá

Plaza de Valencia. 16 de marzo. Segunda corrida fallera

Toros de Los Guateles, con presencia, regordíos, inválidos. Luis Francisco Esplá: pinchazos y media perpendicular (ovación y saludos); estocada corta baja (silencio). Víctor Mendes: pinchazo, estocada caída (silencio); estocada (aplausos). El Soro: pinchazo, media atravesada y descabello (silencio); estocada y descabello (pitos). Se cortó la coleta Rafael de Guzmán, banderillero de El Soro.

Los taurinos lo instiltucionalizan todo y están a punto deinstitucionalizar el quite de Luis Francisco Esplá a Víctor Mendes, que se produce todas las tardes de corrida de banderilleros una vez, cuando no son dos, como ayer. Los taurinos institucionalizaron la corrida de rejones, la corrida mixta, la corrida de bariderilleros... Hay que tener cuidado con el uso de las palabras, principalmente cuando poseen equivocas acepciones, como conrida. Pero el mundo taurino tiene superado este problema, y la corrida que él llama puede ser de toros o de cualquier otra cosa.En la institucionalizada corrida de banderilleros, decíamos, está a punto de institucionalizarse el quite de Esplá a Mendes. Sería, entonces, la corrida del quite de Esplá a Mendes. Ayer salió Mendes dos veces comprometido de la cara del toro, en sendos pares, y Esplá le hacía el quite a cuerpo limpio.

En uno de esos pares la cogida se temía irreparable, pues Mendes lo planteó muy comprometido, cercano a tablas, sin apenas salida. En efecto, prendidos los palos, el toro tuvo a Mendes al alcance del pitón, y se le escapó por milímetros, brincando tablas, porque Esplá le distrajo oportunamente por los terrenos de faera.

La afición aprovechó el escalofrío del momento y la. fuerte impresión que causó en el gentío, para hacer gala de su erudición taurina: ¿Recuerda usted el quite que Esplá le hizo a Mendes hace siete días en Castellón? ¿Y usted recuerda el quite que le hizo en esta misma plaza la pasada feria? ¿Y usted el de San Isidro de hace un año? Los quites de ayer se incorporan a los fondos documentales que sobre este lance archiva la afición en su memoria privilegiada.

Hubo otro par -sin quite-, éste de Esplá, por los terrenos de dentro, que estuvo rodeado de una emoción intensa, pues el torero dio todas las ventajas al toro, tomándole de muy cerca, y para sí se reservó un estrechísimo pasillo junto a la barrera. Parecía inverosímil que pudiera salir por allí, pero salió, tras reunir y clavar en lo alto. En distinto toro, el mismo diestro prendió en lo alto, yendo al embroque de frente. El Soro clavó muy seguro, como siempre, a veces corriendo en tirabuzón, algo que debe marear muchísimo. Mendes se asomó al balcón en el quinto, con verdaderto mérito.Se cedían los palos

En sus primeros toros, los tres espadas se cedieron los palos y unas veces banderilleaban rápido y otras tardo. El segundo toro nadie acertaba a ponérselo en suerte a Víctor Mendes, ni éste encontraba terreno adecuado donde ejecutarla, y hubo un momento en que todos los toreros estaban metidos en el burladero, apretujados como en el metro, y el toro fuera, pidiendo pelea. Estas cuadrillas tardan más en preparar un par de banderillas que la NASA en poner en órbita un satélite.

La corrida de los banderilleros, en fin, se quedó en eso: mucha banderilla, mucha ceremonia, mucho abrazo, mucho correr y bullir. Para la lidia fundamental y verdadera, en cambio, el espectáculo ya tuvo otro signo. De entrada, los toros, aunque con respetable presencia y gordos, se caían. Y pues también se cayeron los Victorino del día anterior, ahora remprenderán los taurinos sus consabidas argumentaciones de la consanguinidad, la equivocada selección que se ha venido haciendo en la crianza del toro, el reducido espacio con que cuentan en las dehesas.

Todo excusas. Porque más consanguinidad había cuando los toros no se caían, la selección se hace en pureza y línea de bravura, las dehesas tienen espacio de sobra para que las recorran los toros hasta hartarse; lo que ocurre es que son perezosos y no las quieren recorrer, ni ahora, ni antes, ni nunca, si no es para comérselas.

Toros así de pachuchos, no soportaban los ajetreos de la lidia y se quedaban sin recorrido en el último tercio. Los toreros les porfiaban, que era cuanto cabía hacer. Esplá llevó al primero con excelentes pases de tirón hasta el platillo y allí instrumentó una buena tanda de redondos; luego se vino el toro abajo. Con el cuarto no se confió, pues era de media arrancada y se le quedaba en la suerte.

Víctor Mendes, que lanceó muy bien a la verónica al quinto, no como mejor suerte, con un primer toro castaño, salpicao por la badana de la papada, de bella estampa, pero que sólo tenía fachada, pues nada más verse en el bullicio del ruedo le entró el pánico e intentó saltar la barrera. Acabó reservón, maleado por los múltiples capotazos y recortes que le habían dado en el tercio de banderillas, y no se entregó nunca al toreo que intentaba aplicarle Mendes. El quinto estaba moribundo, se tiró de costado durante la faena de muleta, y ,era absurda la tesonera porfía de Víctor Mendes para torearlo, pues debía comprender que nadie, en el ocaso de su vida, tiene ganas de embestir.

Un borreguito con el que de alguna manera hubiera podido existir faena, fue el tercero. Ocurrió, sin embargo, que el faenador era El Soro, y ya es sabido que no se trata de un diestro con inquietudes artísticas. Lo suyo es lo que antes había hecho a conciencia: largas cambiadas de rodillas; vibrantes saludos al personal adicto, para quien es un líder; escupirse las Manos y frotárselas; espertaculares banderillazos.

El sexto apareció tullido y como la presidencia no accedió a la devolución al corral que pedía el público, se armó un escándalo mayúsculo. El Soro lo banderilleó bajo una lluvia de almohadillas y lo muleteó sin garbo y sin continencia, mientras la gente le pedía que entrara a matar de una vez, por favor, por caridad, por tus antepasados, Soret, que se enfría la cena y es de nit, y fa fret, y no vamos a llegar al castillo de fuegos artificiales, que es a medianoche. La afición valenciana salió de la interminable corrida menos sorista que cuando entró y ni siquiera le compensó que Esplá le hiciera quites a Mendes, entre otras razones porque ya lo tiene muy visto.

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