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Un diplomático atrapado en su pasado

El historial de Kurt Waldheim durante la II Guerra Mundial reaparece para acosarle

"Un hombre en quien el mundo confía" es el eslogan de campaña empleado por Kurt Waldheim. Waldheim se convirtió en una personalidad internacional durante sus 10 años como secretario general de las Naciones Unidas. La semana pasada ese lema se convirtió en una mofa irónica de Waldheim, a quien se daba como seguro vencedor de las elecciones austriacas del 1 de mayo. Documentos y fotografías, al parecer filtrados por sus oponentes, ofrecieron una prueba apremiante de que Waldheim fue miembro de dos organizaciones nazis y sirvió en un comando del Ejército alemán responsable de la deportación de judíos griegos a los campos de la muerte.

Waldheim, que tiene en la actualidad 67 años, aceptó su dilema con una negativa vaga y poco convincente. Al final de la semana, Waldheim había infligido un daño irreparable a la fama de diplomático frío que se había ganado como secretario general de las Naciones Unidas entre 1972 y 1982.El historial de servicios de Waldheim en el ejército fue descubierto por el Congreso Mundial Judío, que había criticado las resoluciones contra Israel aprobadas en las Naciones Unidas durante su mandato como secretario general. Los acusadores registros llevaban archivados desde el final de la II Guerra Mundial pero, al parecer, habían pasado desapercibidos. El¡ Rosenbaum, el asesor general del Congreso Mundial Judío, los leyó el mes pasado y compartió la información con el New York Times, que publicó recientemente las acusaciones.

El informe de sus servicios en el ejército, 40 páginas, mencionaba todas las organizaciones a las que perteneció Waldheim. Mostraba que en 1938 ingresó en el sindicato nazi de estudiantes en Viena y en las Sturmabteilungen (SA), una organización paramilitar más conocida por el nombre de Camisas Pardas. El informe y las fotografías situaban también a Waldheim entre 1942 y 1944 en Yugoslavia y Grecia, donde sirvió al mando del general Alexander Lohr, que fue ejecutado en 1947 por crímenes de guerra.

En 1938, cuando Hitler emprendió el Anschluss, o la anexión por la fuerza de Austria a Alemania, Waldheim, que contaba por entonces 20 años, se encontraba estudiando en una academia de Viena para futuros diplomáticos. La semana pasada recordó: "Participé en actividades sociales de estudiantes, lo que puede haberse tomado como la pertenencia al sindicato de estudiantes".

Dijo también que había montado a caballo con componentes de los Camisas Pardas, "y puede que por simple deducción se escribiera mi nombre en una lista de miembros de las SA". Poco después del estallido de la guerra, el 1 de septiembre de 1939, Waldheim fue destinado a una unidad de caballería. En diciembre de 1941 fue herido gravemente en el frente oriental por trozos de metralla y fue trasladado a Viena.

En una autobiografía escrita en 1985, Waldheim señalaba: "Francamente aliviado, fui dispensado del servicio en el frente" en marzo de 1942, y dejaba entrever que pasó el resto de la guerra estudiando derecho.

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Un enigma

Sin embargo, el historial indica que Waldheim regresé al servicio activo. Fue destinado a Tesalónica, en Grecia, como oficial de Estado Mayor y traductor a las órdenes de Lohr, el general alemán encargado de Grecia, además de Serbia y Croacia. Durante el período que Waldheim sirvió en su Estado Mayor, se dice que Lohr dirigió la represión de los partisanos yugoslavos y la deportación de 40.8 30 griegos judíos a los campos de la muerte.

Al verse confrontado con los in formes a comienzos de este mes Waldheim contestó: "Es la primera vez que oigo que hubo deportaciones de judíos de Grecia". Le contestó Abraham Foxman, de la Liga Antidifamatoria de B'nai Brith: "Si no sabía lo que estaba pasando, entonces probablemente era el burócrata más incompetente del mundo. Si lo sabía, es un mentiroso".

La cuestión más enigmática de las recientes revelaciones sobre el pasado del político austriaco es por qué no se divulgaron antes.

Durante la ocupación de Austria al acabar la guerra, no hay duda que los informes estaban al alcance de los servicios de inteligencia de los aliados, incluyendo a Estados Unidos y a la Unión Soviética. Tras la guerra, Waldheim ocupo varios cargos delicados, que exigían un estudio de todo su historial. Fue ministro de Asuntos Exteriores de Austria entre 1968 y 1970, se presentó sin éxito a la presidencia en 1971, y en 1972 fue nombrado para el cargo supremo de las Naciones Unidas.

En 1980, la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, en respuesta a una pregunta del congresista por Nueva York Stephen Solarz, dijo que no tenían pruebas de que Waldheim hubiera estado implicado en actividades antijudías entre 1939 y 1941, pero que no podían determinar sus actividades posteriores.

El Congreso Mundial Judío se negó a revelar cómo se enteró de los informes. Rosenbaum fue a Viena el pasado 4 de febrero y el 10 de ese mes envió un informe al presidente del Congreso Mundial Judío, Edgar Bronfman, en el que mencionaba las repercusiones políticas de la denuncia del pasado de Waldheim. El informe le fue devuelto ese mismo día con una sola palabra como respuesta, "Hazlo", seguida de las iniciales de Bronfman.

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