Loni
era una viuda desconsolada desde hace más de 40 años. Su marido, Karl aviador, había partido para el frente durante la II Guerra Mundial y jamás volvió. En realidad, el muerto había sido detenido en el Reino Unido y, enamorado de otra, no regresó al hogar conyugal. Sin embargo, no contaba con la perspicacia de los ordenadores de la Administración alemana, que lo acaban de descubrir cuando, al cumplir los 65 años, ha solicitado la jubilación. Loni, además del desengaño, se ve ahora amenazada con tener que devolver la pensión que durante años ha cobrado como viuda de guerra.
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