Marta Makuk,
de nueve años, y sus amigos Chris, Willy, Heater y Jeremy lanzaron en diciembre de 1984 una botella al mar en Massachussets con cinco cartas para mantener correspondencia con quien las recibiera. El domingo pasado, según publicó ayer La Voz de Galicia, después de haber establecido contacto con los remitentes, el mensaje llegó a su destino en la playa de Louro, donde la botella fue descubierta por Guillermo, un niño coruñés de nueve años.
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