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LA OTRA CARA DE LOS ACTORES

Tony Leblanc deja la escena a los 63 años declarado 'inútil total' por los médicos

El actor español Tony Leblanc, de 63 años, que alcanzó gran popularidad durante los años sesenta y mediados de los setenta, recibió esta semana la notificación médica que le obliga a interrumpir su larga carrera artística, que incluye la actuación en decenas de películas, cientos de obras de teatro e incontables trabajos en TVE, donde hizo personajes entrañables. La declaración de inutilidad total que el actor combate estos días haciendo ejercicios de rehabilitación en un hospital de Madrid, se produce cuando sus colegas alcanzan una reivindicación prácticamente unánime: pertenecer al régimen general de la Seguridad Social y asegurar su futuro.

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"Nací un 7 de mayo de 1922 en el Museo del Prado de Madrid, a la misma hora que moría Granero en la plaza de toros vieja. Por esta rara y típica coincidencia, mis padres pensaron que de mayor sería pintor o torero. En cierto modo no se equivocaron. Cuando tuve uso de razón, con los pinceles de mi pensamiento dibujé un capote de brega para lidiar las embestidas del toro de mi vida, y me hice cómico. Trataba de actuar haciéndome callos en las manos, sin pensar que al elegir esta profesión tendría que hacerme callos en el corazón, que duelen más". Tony Leblanc recitó estas palabras en un homenaje en Barcelona y aun las recuerda de memoria. Con más de 150 películas, 22 revistas y comedias, y más de 200 horas de televisión, se retira del espectáculo. "La Seguridad Social me ha dado la incapacidad total". Le queda una pensión de unas 60.000 pesetas.Tony Leblanc está en su chalé de los alrededores de Madrid con Zori y Santos. Se sienta entre ellos, les increpa, bromea, les pone la mano en la rodilla. Tony Leblanc anda con muletas. Sufrió un accidente en mayo 1983 que le tuvo, según reconoce, "al borde de la muerte".

Es difícil hablar con Tony. Sigue su propia lógica y va hilando su propia historia, apoyado siempre por sus dos compañeros. Lo que más preocupado le tiene lo suelta a bocajarro: "Hay una señora que va por ahí pidiendo dinero para Tony Leblanc porque está en la indigencia, y eso es absolutamente falso. No tiene derecho. Nadie debe darla nada porque utiliza mi nombre en falso". El actor está dispuesto a aceptar el homenaje que quieren tributarle, pero con una condición: que lo que se recaude vaya a un fondo benéfico. Zori y Santos asienten. "No me sobran los millones, pero no estoy en la indigencia". Leblanc reconoce que, además de la pensión, tiene algunos ahorros y ha vendido su piso últimamente , dinero que piensa rentabilizar. Pero no parece estar excesivamente preocupado por el futuro. El actor reconoce que se ha arruinado dos veces: "Una como empresario teatral y otra como empresario de boxeo", pero está esperanzado, "por el inmenso homenaje que el público me está tributando".

Quiere escribir sus memorias. "Hace poco me ofrecieron 14 millones de pesetas. Traían un cheque y me dijeron, 'Firme aquí', pero yo no quiero decir con las mujeres que me he acostado, porque muchas de ellas, son ahora señoras". Tras su retiro, piensa escribir sus memorias y obras de teatro.

"La vida del actor es dura en sus comienzos. Cuando se llega al estrellato, sigue siendo igualmente dura porque tienes que responder a una imagen y tienes una gran responsabilidad ante el público, aunque hay que reconocer que el factor suerte influye". Leblanc recuerda su actuación el día de la muerte de su padre: "Lloraba antes de salir del camerino, hacía entonces Claudio Tonius y tenía que hacer un gesto así -contrae los brazos y tuerce el gesto-, volvía al camerino y seguía llorando".

Los tres coinciden en que para actuar hay que tener psicología. Zori se levanta y se sitúa en el centro de la habitación. "Era el año 56, estábamos Santos y yo entre bastidores y nos dijo Tony: 'A que salgo al escenario y canto A las barricadas', y no por ninguna razón política sino porque no se podía cantar". Tony salió al escenario se acercó al público y cantó: "A las barricadas ... Zori, encogido, hace fuerza con los brazos hacia adelante. Tony Leblanc se levanta como puede, apoyado en su muleta y no le deja terminar: "A las barricadas...". Luego cuenta que repitió la apuesta con un técnico del teatro: "Salió corriendo del susto y se rompió una pierna".

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