Olof Palme, un hombre de la calle
Otra parte importante de la libertad ha sido asesinada. Olof Palme, el primer ministro sueco, fue asesinado cuando regresaba del cine a su casa paseando con su mujer. Había enviado pronto a casa a sus dos guardaespaldas. Antes de disparar, el asesino se paró para conversar con él, como era lo habitual en muchos suecos.Los paseos por la mañana y las entrevistas en la calle de Harry Truman son un recuerdo lejano. Los presidentes americanos e incluso los embajadores dejaron hace mucho tiempo de pasear por las calles. Un elemento permanente en las calles de París son los policías uniformados llevando su metralleta. La policía londinense dejó hace mucho tiempo de ser una figura paternalista, desarmada y jovial. En Italia, donde la vida política fue una vez tan libre y abierta como en Suecia, los coches blindados comenzaron a ser parte del equipo corriente de los ministros desde hace ocho años, cuando las Brigadas Rojas secuestraron y después asesinaron al anterior primer ministro, Aldo Moro.
, 3 de marzo
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