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LA LIDIA

Ruiz Miguel, éxito con los Victorino

Victorino sigue teniendo más tirón en las taquillas que muchos matadores de toros, aunque éstos sean de los que suman cifras casi centenarias. En la segunda de la Magdalena se han metido en la plaza casi 3.000 personas más que en la primera, y a fe que se han divertido también mucho más, porque los Albaserrada de Victorino, aunque cómodos de cabeza, han ofrecido espectáculo, upos por sus buenas condiciones, como los lidiados en sexto y primer lugares, y otros, como el cuarto, por sus problemas. En conjunto, ha sido una corrida que mantuvo el interés del espectador.Ruiz Miguel, por su parte, ha sido el torero enrachado y encastado del final de la temporada pasada, en el que la decisión ha sido la constante de su labor, y alcanzó su máxima cota en el cuarto de la tarde, un toro ciertamente peligroso con el que ha buscado el triunfo a base de entrega.

Plaza de Castellón, 3 de marzo

Segunda corrida de la feria.Toros de Victorino Martín, cómodos de pitones y desiguales de juego. Ruiz Miguel, oreja y dos orejas. José Antonio Campuzano, silencio y ovación. Tomás Campuzano, ovación y oreja. Ruiz Miguel salió a hombros.

José Antonio Campuzano ha sido ese torero que busca la parte buena del toreo pero que no siempre la encuentra, porque también su entrega es irregular. En el quinto alcanzó los momentos más brillantes de su quehacer, y eso que el toro no le ayudó.

Tomás Campuzano, con el toro más claro de la corrida, el sexto, consiguió estar a gran altura, pero tardó en acertar con la espada, y lo que pudo estar premiado con más trofeos, se quedó en una meritoria oreja. En el tercero había estado muy centrado, pero las condiciones del toro no le permitieron conseguir una faena lucida.

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