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EL ASESINATO DEL PRIMER MINISTRO SUECO

La policía sueca lo 'sabe todo' sobre los 8,3 millones de habitantes del país

La policía sueca cuenta con uno de los sistemas de banco de datos más completos del mundo, que puede facilitar información detallada sobre cada uno de los 8,3 millones de habitantes el país. Por medio de una clave personal de 10 dígitos, que se atribuye a los ciudadanos suecos cuando nacen y a todos los extranjeros que residen en Suecia, la policía tiene acceso instantáneo a un banco de información que comprende desde antecedentes penales a cuestiones de sanidad y educación, pasando por declaraciones de la renta.La Comisión de Supervisión de Datos, cuya misión es proteger a los ciudadanos contra el abuso de esta información, estima que hay en el país unos 100.000 bancos de datos, de los que unos 600 son estatales. El ciudadano se halla inscrito en un promedio de 200 de estos bancos.

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La policía puede controlar la entrada de extranjeros mediante las autoridades de inmigración y aduanas. De otro lado, hasta los taxistas son una preciosa ayuda para la policía puesto que todos los coches de este servicio llevan radio conectada a unos teleimpresores. La policía transmitió, así, las primeras descripciones del presunto asesino de Palme por estas máquinas a los pocos minutos de cometido el atentado.

Para protegerse en esta sociedad supercontrolada, el ciudadano tiene derecho a inspeccionar todos los archivos oficiales que contengan información sobre su persona, excepto aquéllos que guardan la policía o los servicios de seguridad estatales. Pero ello no impide que la casi totalidad de esta información personalizada este al acceso del público en general, sin excluir a los extranjeros. Olof Palme no era una excepción.

Los ingresos del primer ministro, sus declaraciones de la renta, su historia familiar, eran informaciones plenamente accesibles para cualquiera que se dirigiera a una oficina del Gobierno y solicitara el uso de uno de los terminales dispuestos para el público.

Tras el asesinato de Palme, algunos funcionarios se preguntan si Suecia puede seguir peirmitiéndose una forma de vida en la que incluso los ministros puedan seguir llevando una vida no sornetida a estrechas medidas de protección personal.

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