602 'desaparecidos' durante el régimen dictatorial
Romeo Castillo, líder sindical, es uno de los 38 primeros presos políticos liberados por decisión de la nueva presidenta de Filipinas, Corazón Aquino. Había permanecido detenido durante 20 meses por el régimen dictatorial de Marcos. Desde que éste declaró la ley marcial, en septiembre de 1972, hasta su caída del poder, el pasado 25 de febrero, desaparecieron 602 personas en Filipinas, según el Grupo de Acción por los Detenidos Políticos de Filipinas, que dirige la monja benedictina Roberta Ilumin."Seguiré luchando hasta que no quede ningún preso político en Filipinas", dijo Castillo, de 32 años, en el colegio y convento de las monjas benedictinas de Filipinas, en Quezón City, durante su primer día de libertad recuperada.
Castillo, miembro de la organización Frente Sindical Unido (KMU), fue detenido el 22 de julio de 1984, en Manila, al amparo del decreto presidencial 1835 de Marcos, que permitía la detención incondicional de cualquier persona considerada subversiva por el poder.
"Los primeros 15 días de la detención fueron los peores", continúa Castillo. "Primero", añade, "por los interrogatorios con los ojos vendados, los electrochoques y las intimidaciones con pistolas que apuntaban a la sien, jugando a la ruleta rusa". Narra también etapas de aislamiento en celdas de castigo, hasta que poco a poco su suerte fue mejorando, como la de sus compatriotas detenidos, gracias a la práctica de huelgas de hambre y la presión de algunas organizaciones de apoyo a los derechos humanos.
"Todos, absolutamente todos los detenidos deben salir si su excelencia la presidenta Aquino", puntualiza Castillo, "cumple las promesas hechas durante su campaña electoral". A la pregunta de si es comunista, el recién liberado de las cárceles militares de Marcos responde: "Soy nacionalista, y lo único que, quiero es que mi país supere la miseria sin ninguna dominación extranjera y que Cory Aquino no olvide el verdadero significado del poder popular". Castillo comenzará ahora a buscar un trabajo, y espera casarse y formar una familia.
Roberta Ilumin está satisfecha por los primeros gestos de Cory Aquino, pero piensa en los numerosos presos políticos que aún están en la cárcel: "Espero que se acuerde de cuando ayudábamos a su esposo entre los encarcelados, durante los primeros años de la ley marcial".
La monja benedictina es un ejemplo, más de los múltiples que, dentro de la sociedad filipina, practican la teología de la liberación, que ha sido la gran fuerza movilizadora de un pueblo de casi 60 millones de habitantes, el 85% fervientes católicos, cuyas sotanas, hábitos, cruces y rosarios estuvieron siempre en primera línea de la oposición a la dictadura y que hoy no parecen dispuestos a bajar la guardia ante el nuevo Gobierno.
