El PSOE promete ante el Parlamento total transparencia para vigilar el recuento de votos del referéndum
La simple enumeración de las disposiciones de la normativa electoral que garantiza el control del escrutinio en el próximo referéndum sobre la OTAN bastó al ministro del Interior, José Barrionuevo, para hacer que la oposición popular retirase una moción parlamentaria en la que se exigía una vigilancia sobre tal escrutinio. El Grupo Popular vio cómo los restantes grupos de oposición en el Congreso se desmarcaban de la interpelación presentada ayer por el portavoz popular, Miguel Herrero, en la que se vertían sospechas sobre la imparcialidad del recuento de votos.
Barrionuevo ofreció a la oposición, así como a los medios de comunicación, facilidades para "presenciar la preparación y presentación de la información sobre los resultados". El ministro aseguró que la utilización de los ordenadores de las delegaciones provinciales del Ministerio de Hacienda, que pareció "sospechosa" al Grupo Popular, ya había sido aplicada en anteriores convocatorias electorales, lo mismo que la contratación de empresas informáticas privadas. También prometió que los resultados provisionales del escrutinio, a cuya difusión está obligado el Gobierno, se conocerán a las 22 horas del día 12 de marzo.El ofrecimiento de Barrionuevo de dar información sobre el proceso de recuento electoral se concretó, al final de la sesión, en la promesa de que la semana próxima se reunirá la Comisión de Justicia e Interior del Congreso para tomar declaración a varias personas que intervendrán más o menos directamente en el escrutinio. Esta prometida sesión de la comisión pareció suficiente a Manuel Fraga para retirar la moción.
Ya al final del debate de la interpelación del Grupo Popular, que consistió básicamente en un intercambio verbal entre Barrionuevo y Miguel Herrero, el presidente Felipe González tomó inesperadamente la palabra para pedir a los populares que desistiesen de presentar la moción. "Un elemento de la credibilidad del sistema es el respeto a la legalidad, al margen de vaciados o no de memoria, sean estos vaciados de ordenadores o de cerebro", dijo González (Herrero había exigido ver los vaciados de memoria de los ordenadores que se utilicen para el recuento de votos). "No alteremos una legislación limpia a través de procedimientos no previstos en la ley; la moción no va a favorecer a su grupo", finalizó González, dirigiéndose directamente a Fraga.
Discusión 'popular'
El presidente del Grupo Popular, tras mantener una breve y agitada discusión con su portavoz, Miguel Herrero -que acababa de anunciar que la moción, consecuencia de interpelación, se mantendría-, se levantó para señalar: "Podemos aceptar el ruego del señor González, siempre que se acepte el nuestro de dar información a la comisión parlamentaria". "La que desee", replicó González. El presidente de la Cámara, Gregorio Peces-Barba, concluyó señalando que la comisión se reunirá la próxima semana. Más tarde se supo que la reunión tendrá lugar el próximo martes a las 12 horas.Así finalizaba una sesión parlamentaria intensamente solicitada por el propio Grupo Popular, y a cuya celebración los socialistas accedieron sólo a última hora. El Pleno del Congreso comenzó con la presentación de preguntas al Gobierno, para seguir con el infor me del ministro de Interior sobre las garantías que presidirán el recuento de votos del referéndum y concluir con el debate de la inter pelación popular en la que solicitaban estas garantías. Escuchado por tan sólo 38 representantes del Grupo Popular presentes en esos momentos en la Cámara, Barrionuevo se limitó a dar exhaustiva información de las garantías con que la legislación electoral vigente ampara el escrutinio, y consideró "absurdo" que alguien pueda pre tender que el Gobierno tenga interés en alterar la información "provisional" que facilita a los electores.
Herrero respondió al ministro, entrando reglamentariamente en la interpelación, rnotivo central de la celebración del Pleno, al señalar que el resultado definitivo del referéndum, sancionado por la Junta Electoral Central, no se conocerá hasta tres semanas después de la votación, "lo que da al resultado provisional una gran importancia política".
En medio de algunos abucheos procedentes de los escaños socialistas, y a la vez que aseguraba no albergar sospechas sobre la "mala fe" de nadie, el portavoz popular habló del "original sistema de recuento" que se empleará y de las "dudas" surgidas en algunos funcionarios ante la inesperada presencia de algunes contratados, todo lo cual, concluyó, "no está bonito". Ni los portavoces de las minorías nacionalistas, ni el comunista Fernando Pérez Royo, que hicieron uso del correspondiente turno de intervenciones, se solidarizaron con el principal grupo de oposición de la Cámara.
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