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Fuertes diferencias entre los países de la CE para fijar los nuevos precios agrícolas

Andrés Ortega

La maratón anual agrícola debutó ayer en Bruselas. La fijación de los precios agrícolas para la campaña 1986-1987 en los doce no será tarea fácil, a juzgar por las primeras escaramuzas verbales, ayer en Bruselas, de los ministros de Agricultura en respuesta a las propuestas de la Comisión Europea. Cada país defendió sus intereses, criticando las propuestas. El español Carlos Romero, que abrió voluntariamente el turno de las intervenciones, fue quizá menos crítico, pues las propuestas afectan en menor medida a España.

La Comisión Europea ha propuesto prácticamente una congelación de los precios institucionales agrícolas en la Comunidad Europea (CE) para luchar contra el auge del gasto agrícola y contra la creación de excedentes. Sugiere además la introducción de una tasa de corresponsabilidad (de un 3%, a pagar por los productores) para los cereales, acompañada de una política de mejora de la calidad de las producciones. La Comisión Europea ha propuesto también una limitación del apoyo público al mercado de la carne vacuna.Cada país defendió sus intereses en este primer debate de una larga maratón. Italia consideró que las propuestas favorecían a los productos continentales frente a los mediterráneos. Irlanda defendió su carne vacuna. Francia planteó como necesidad esencial el mantener el nivel de empleo y los ingresos en la agricultura. La República Federal de Alemania (RFA), siempre rígida en materia de cereales, se preguntó si este era el camino adecuado para reformar la política agrícola común (PAC), pues no basta con eliminar los excedentes existentes.

Problemas electorales

Con elecciones generales en Francia el 16 de marzo y regionales en la RFA en junio es difícil que los precios institucionales se fijen para la fecha teórica en que han de quedar decididos: el 1 de abril. Los titulares de Finanzas debatirán probablemente el 10 de marzo el estrecho límite presupuestario en que habrán de debatirse sus colegas agrícolas.

Romero, por su parte, insistió en que "los desequilibrios aparecen en algunas producciones y algunos países", no presentándose una situación homogénea El español y otros ministros pidieron una aclaración de las medidas socioestructurales que han de acompañar estas propuestas. Romero presentó una "postura ciudadosa" ante un eventual cambio cualitativo en los cereales, en lo referente a densidad y humedad. Y sugirió que para reducir los excedentes de carne vacuna se instaure en la CE el régimen vigente en España desde hace tres años.

En cuestión de precios institucionales, España tiene menos que perder que los demás. Sus precios en general son más bajos y se aproximarán en siete años a los de la CE. Y ya hay una parte cubierta con la subida (en torno a un 5%) que supone la adaptación del régimen español al comunitario a partir del 1 de marzo próximo.

Lo que hoy se decide es la adaptación del régimen español al de la CE, fijándose los precios institucionales en España para la campaña en curso. En base a esto se producirá el aumento o reducción de precios de los que los doce discutían ayer.

Los doce deben aprobar hoy, pues, esta adaptación -unos 56 reglamentos- del régimen español al comunitario, y fijar, a fines agrícolas, la paridad de la peseta con la unidad de cuenta europea (ECU). Esta subida media de un 5% de los precios institucionales en España (es decir, de los precios garantizados, que constituyen una red de seguridad para los productores) no tiene una traducción mecánica para el consumidor, más afectado por lo que realmente ocurra en el mercado, explicó Romero.

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