Delors pide a los 'doce' un esfuerzo en pro de la integración europea
ANDRÉS ORTEGA, ENVIADO ESPECIAL, Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, presentó ayer ante el Parlamento Europeo un exigente programa de trabajo en 1986 para la institución que dirige. "Si no tenemos cuidado", señaló, "la ley del mínimo común denominador puede reducir nuestro ambicioso proyecto de unión europea a una gran zona de libre cambio".
Jacques Delors sigue creyendo en la necesidad de que Europa actúe como locomotora de la economía mundial, lo que, por cierto, ha rechazado ya la República Federal de Alemania (RFA). "La Comunidad Europea", aseguró el presidente de la Comisión, "entra con lucidez y modestia en una nueva fase, fruto de indudable madurez".Tras la ampliación de la Comunidad a España y Portugal y la firma -aunque faltan tres países por hacerlo- del Acta Cnica Europea, 1986 debería ser, según Jacques Delors "el año de la gestión y también el año de la gestión de la reforma que se ha decidido". Delors insistió en "retomar, con 12 Estados miembros, y digo bien, 12, el camión hacia la unión europea".
Los vientos son favorables para dar un nuevo impulso a la CE, según Delors, pues "en materia económica la Comunidad ha superado lo más dificil". La bajada del precio del petróleo no aporta sólo ventajas. El plan Baker, sobre la deuda del Tercer Mundo, cuenta con el apoyo de la Ccomisión, pero es aún incompleto. Delors insistió en proseguir el saneamiento, "todavía tan necesario", de la economía europea, y volver a emprender una expansión económica creadora de empleo, con lo que el paro, en la CE, podría reducirse entre un 40% y un 50%, en cinco años. La creación de un gran mercado sin fronteras internas en la CE en 1992 es, según Delors, el motor para dar un nuevo impulso a la construcción europea, junto con la tecnología, la cooperación monetaria, la cohesión económica y la dimensión social.
Programa ambicioso
El programa de trabajo de la Comisión para 1986, prosiguiendo las ideas del año anterior, es ambicioso. Una novedad es que se plantea un marco de cuatro años para los presupuestos de la Comunidad Europea, en vez del actual sistema anual, estableciendo prioridades que, año a año, se podría redistríbuir. Delors estimó, además, que la CE debe ampliar el actual límite de sus posibilidades presupuestarias. La comisión pidió que se respete este año el calendario fijado en. su libro blanco sobre el gran mercado, y presentará una serie de propuestas para eliminar algunas fronteras físicas y técnicas: liberalizar los servicios, armonizar la fiscalidad, ampliar el movimiento de capitales y mejorar las condiciones de competencia de las industrias.
Toda esta labor se vería facilitada si se aprobara la reforma de la CE, que amplía el campo de las decisiones por mayoría. En la cooperación tecnológica, la comisión propondrá un programa marco (1987-1990) de investigación y desarrollo, acompañado de proyectos concretos.
En cuanto a la cohesión económica, se revisará la eficacia y la racionalización de los fondos y otros instrumentos estructurales de la Comunidad.
De la dimensión social ha desaparecido -por presión de los empresarios- toda referencia a un convenio marco interprofesional europeo, pero el diálogo social proseguirá al nivel de la CE. La Comisión propondrá nuevas orientaciones (1987-1990) para el fondo social y propugnará una cooperación para el crecimiento y el empleo.
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