Berlinguer
La conversión del presidente González al sincretismo filosófico e ideológico está rizando el rizo y a la apropiación debida o indebida del pensarrúento de Berristein, Milton Friedinan, Ramiro de Maeztu, Foster Dulles, Henry Kissinger y Miguel Boyer se ha unido muy recientemente la de Enrico Berlinguer, instrumentalizado por el seflor presidente para dejar boquiabiertos a los del grupo mixto parlamentario. Utilizó el señor González a Berlinguer nada más y nada menos que como avalador de la Alianza Atlántica (antes OTAN), desde el supuesto de que Berlinguer habría dicho que gracias a la Afianza Atlántica los comunistas tendrían la garantía democrática de poder gobernar en Italia.Ni natural ni sobrenaturalmente, Berlinguer jamás dijo una cosa así. Cuando el PCI reclamaba el gobierno o participar en el gobierno, se le objetó a Berlinguer que cómo podía aspirar a que los comunistas gobernasen en un Estado miembro de la OTAN. Berlinguer contestó que, puesto que la Alianza Atlántica hacía profesión de fe de defensa de los valores democráticos, esperaba que esa profesión de fe garantizase la posibilidad de un gobierno comunista legitimado por las urnas. No es que Berlinguer se refugiara bajo el paraguas atlantista por gusto, sino que reclamaba que el atlantismo fuera consecuente con sus principios programáticos.
Se me escapa la intención de involucrar a Berlinguer en el comistrajo atlantista español. Tal vez se trata de atraer los votos eurocomunistas hacia la OTAN o de evidenciar el cerrilismo del comunismo ibérico que es más papista que el Papa. Se sobreestima así el papel que los comunistas españoles, sean del ala carlista o de la liberal, tienen en el establecimiento de una conciencia popular antiatlantista. Esa conciencia se ha creado fundamentalmente gracias a un sentido común progresista contra el que, hasta ahora, poco ha podido el frente neobelicista bloqueado y bloqueador. Hasta ahora. Porque, claro, si a ese frente le suman hoy a Berlinguer metido por la puerta trasera y mañana a Gandhi metido por la puerta delantera, es mucho frente y el que se salve de la OTAN no va a salvarse del frenopático.
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