La odisea de un judío comprometido

Anatoli Charanski nació en 1948, hijo de un periodista y una ingeniera judíos. A los 17 años, Charanski empezó a estudiar la cultura y las tradiciones hebreas, a la vez que era un alumno aventajado en la universidad Físico-Técnica de Moscú, donde estudió matemáticas y se convirtió en un experto en ordenadores.A causa de su activismo religioso, tuvo que desempeñar trabajos inferiores, y, en 1972, aceptó el puesto de intérprete y agregado de prensa de los activistas judíos. Dos años más tarde, Charanski -bajito, calvo y desangelado- pudo casarse, tras muchos impedimentos burocráticos, con Avital Stiglitz, judía como él. Las autoridades permitieron a su esposa viajar a Israel (lo que hizo el día siguiente de la boda) y prometieron que también él obtendría el permiso, pero no cumplieron su promesa, porque consideraron que había tenido acceso a secretos de Estado. Los esposos no se han visto desde entonces.

A partir de ese momento, Charanski se apasiona por la causa de los judíos a quienes se niega el derecho a emigrar a Israel. Recorre la URSS para conocer la situación de las comunidades judías, se reúne con periodistas occidentales y representantes de organizaciones judías internacionales de paso por Moscú y es detenido en varias ocasiones. En mayo de 1976, toma parte en la creación del grupo moscovita de vigilancia de la aplicación de los acuerdos de Helsinski.

Finalmente, en 1977, Charanski fue detenido y acusado de "traición y agitación y propaganda antisoviética", de espiar a favor de la CIA norteamericana -delito castigado hasta con la pena de muerte- y de propaganda y agitación antisoviética, por sus contactos con diplomáticos y periodistas de EE UU.

Según su hermano, Leonid, Charanski declaró durante el juicio que las autoridades le habían dicho que, si cooperaba en la destrucción del movimiento judío", le sería permitido emigrar a Israel. Se negó. La condena fue de 13 años, los tres primeros en prisión y el resto en. campos de concentración bajo "régimen estricto".