_
_
_
_

La alta contaminación por mercurio que sufren los madrileños está propiciada por un cambio legislativo de 1977

La reglamentación que fija los porcentajes de metales en el pescado en España se hizo más permisiva a partir de 1977, en el caso del mercurio, al pasar entonces de 0,5 partes por millón a una parte por millón, al contrario que en otros países europeos. Este hecho fue recordado ayer por varios técnicos de la Administración al darse a conocer un estudio (véase EL PAÍS del pasado martes) según el cual los habitantes de Madrid padecen uno de los índices de contaminación por mercurio más altos del mundo.

El 13 de abril de 1973, el Boletín Oficial del Estado publicó una resolución de la Dirección General de Sanidad sobre control sanitario de contaminación por mercurio en la que se establecía un límite máximo de tolerancia de 0,5 partes por millón (es decir, 0,5 miligramos por kilogramo). En la misma resolución se indicaba que los productos pesqueros que superaran este límite tenían que ser destruidos en presencia de la autoridad sanitaria competente.El porcentaje fijado entonces era similar al que en 1983 tenían Hong Kong, India y URSS (en pescado fresco o en conserva) y más permisivo que los de hace tres años en Japón (0,4 partes por millón), URSS (0,2 partes por millón en pescado de ribera fresco y 0,3 partes por millón en pescado de ribera en conserva) o la Comunidad Europea (0,3 por millón en pescado de consumo).

Sin embargo, en 1977 se -publicó un real decreto que aumentaba al doble los límites tolerables de mercurio. Este porcentaje, no variado cuando la reglamentación fue modificada en 1984, ha permitido que las muestras analizadas en los últimos años por distintos departamentos hayan dado unos resultados inferiores al límite oficial. Un límite que es similar -al que han establecido países como Suecia, Estados Unidos, Finlandia y la República Federal de Alemania.

Según informaron ayer fuentes municipales, las muestras analizadas desde 1979 en el Laboratorio Municipal han superado, en general, el nivel de 0,5 partes por millón, aunque no se han hecho estudios detallados sobre la contaminación media, pues lo único que se comprobaba era que se cumpliera la legislación. Esta situación, a raíz de la publicidad dada al -artículo publicado en la revista norteamericana Archives of Environmental Health por los químicos españoles Carmen Rico, Luis Hernández, María Jesús González y Gonzalo Baluja -miembros del Instituto de Química Orgánica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas-, ha hecho que algunos técnicos consideren necesario un cambio en la legislación, sobre todo si se tiene en cuenta la entrada de España en la CE, donde los porcentajes permitidos son inferiores. En este estudio, realizado mediante el análisis del cabello de 50 hombres y 56 mujeres, se indicaba que el índice de contaminación por mercurio en los habitantes de Madrid era en 1983 de 7,96 partes por millón. Especialistas suecos consideran que por encima de seis partes por millón existe riesgo de envenerianúento. El mercurio se acumula en el cuerpo humano al no poder eliminar éste más que una pequeña parte de los metales a través de -la orina y las heces.

El porcentaje alcanzado entre los vecinos de Madrid no se debe a que España sea un país con un gran consumo de pescado. La razón, según los técnicos consultados, radica en la contaminación por vertidos industriales, que afectan al pescado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_