Esclarecidos, ante el riesgo del directo

Concierto 'pop'

Esclarecidos representa un caso peculiar dentro del cada vez más amplio panorama pop español. Grupo abierto, donde los músicos amigos entran y salen con libertad, a mitad de camino entre el divertimento fin de semana y el tirón que sobre ellos ejerce el mundo de la música, sus planteamientos se basan en un puñado de buenas canciones, la atractiva voz de Cristina Lliso y la concepción de la música, como juego para adultos.Este esquema funciona perfectamente en disco, donde el productor-esclarecido Paco Trinidad ha conseguido ordenar el desorden, pero en directo la cosa no es tan sencilla. Con 12 personas en escena, y sin detenernos en las dificultades que plantea la sonorización de un macrogrupo de estas características, en el que se integran cuatro guitarristas, Esclarecidos se lo pasan bien, igual que su incondicional audiencia, la música es fresca y espontánea, y la voz de Cristina resulta, pero al final uno piensa que algo se ha quedado a medias.

Esclarecidos (Cristina Lliso, voz; Paco Trinidad, Fernando Mata, Miguel Herrero y Suso Saiz, guitarras; Alfonso Pérez, batería; Coyán Manzano, bajo; Manuel Illán, teclados; Pepe Cardona, saxo tenor; Nacho Lliso, saxo alto; Marcus Breus, trompeta y percusión; Ana Lliso, coros).

Las canciones, perfectamente estructuradas y redondas en el disco de Esclarecidos, tardan en alcanzar el clímax en directo, y cuando se ha conseguido se precipita el final del tema, a menudo resuelto de manera impresentable. Se echa de menos un desarrollo más arriesgado, sin que cada canción se concrete en tiempo y arreglos a lo pensado para disco, algo que el grupo se puede permitir con una banda como la que presentó en la sala Universal, y que enriquecería temas como Pipeline, Arponera, Bajo la nieve o Miles, Miles, Miles, que estructurados rígidamente saben a poco.Esto, unido a que la actuación queda deslavazada por problemas técnicos, inseguridades y su particular concepto de la puesta en escena, hace que el ritmo del concierto presente altibajos, algo, por otra parte, inevitable e inherente a ese concepto de música semiprofesional que parece defienden Esclarecidos y que tiene sus aspectos positivos y negativos. En estas circunstancias, mantener el equilibrio siempre es difícil, y el grupo madrileño tiene un buen contrapeso en su línea original, buenas composiciones y una voz inconfundible.

Sala Universal. Madrid, 7 de febrero. Lleno.