La baja del petróleo supondrá un crecimiento adicional del 0,8% en la CE

Si el precio del barril de petróleo se mantuviera en 1986 y 1987 en torno a los 20 dólares, la Comunidad Europea (CE) podría esperar un crecimiento suplementario anual del 0,8%, una mejora del empleo del 0,5%, una reducción de un punto en la inflación si la reducción del precio del petróleo repercutiera íntegramente sobre el consumidor y un ahorro de una tercera parte de su factura de petróleo, estimada en 55.000 millones de dólares en 1985. Éstas son las conclusiones de un estudio de la Comisión Europea.

La Comisión no ve repercusiones energéticas a corto plazo sobre la CE, incluso si el barril bajara a 15 dólares. La eventualidad de un mayor consumo de petróleo es limitada, pues la electricidad sigue siendo producida principalmente a partir del carbón y de la energía nuclear. A más largo plazo, la CE tiene que estar alerta, pues una nueva crisis del petróleo, estima este estudio, tendría consecuencias más graves que las anteriores, pues comprometería todos los esfuerzos realizados desde 1975. En 1973, el petróleo importado cubría un 62% de las necesidades energéticas de la CE. Hoy no representa más del 30%.La cara negativa de la moneda es que si el precio del petróleo permanece bajo durante varios años, según estas estimaciones, los yacimientos de petróleo y gas natural del mar del Norte serían menos atractivos para los inversores, con lo que aumentaría la dependencia energética de la CE.

La Comisión contempla a medio y largo plazo dos alternativas: dejar que obren las fuerzas del mercado, con menos inflación y más crecimiento, aunque con el riesgo de privilegiar sobre todo el consumo y no las inversiones, o recurrir a la fiscalidad para estabilizar el precio del petróleo y utilizar esos mayores ingresos fiscales en fomentar las inversiones creadoras de empleo.

En cuanto a la economía mundial, la Comisión prevé un crecimiento suplementario del 0,3% en 1986 (0,9% en los países en vías de desarrollo no productores de petróleo y 0,3% en los países industrializados). Los países exportadores de petróleo tendrían una pérdida de 32.000 millones de dólares, de ellos, 18.000 millones en el Próximo Oriente.