Las empresas de la URSS podrán mantener relaciones comerciales directas con las occidentales
ENVIADO ESPECIAL El primer ministro de la URSS, Nikolai Ryzhkov, dejó ayer abierta la posibilidad de relaciones comerciales directas entre agrupaciones y empresas de la URSS y empresas occidentales en el curso de su intervención en el simposio que sobre la situación económica internacional organiza la EMF Foundation en la estación invernal suiza de Davos.
La intervención de Ryzhkov -en directo desde Moscú, vía satélite- ha constituido otra demostración de los aires nuevos que corren en la cúspide del poder de la Unión Soviética. En un corto discurso, muy aperturista, así como en las preguntas posteriores a las que se sometió -leídas por Gaston Thorn y previamente pactadas entre Moscú y los organizadores del aquelarre de Davos-, Ryzhkov criticó el embargo tecnológico puesto en práctica por Estados Unidos y sus aliados occidentales, planteó las grandes líneas del desarrollo económico soviético de aquí al año 2000 y aseguró que las empresas occidentales pueden desempeñar un papel importante en la modernización del aparato productivo soviético. El primer ministro se manifestó igualmente dispuesto a la participación financiera de empresas y banca occidental en los planes de desarrollo hasta el año 2000, que serán por el XXVII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética y, en concreto, en el nuevo plan quinquenal iniciado este año.
Nuevas tecnologías
Ryzhkov aseguró que la URSS está dispuesta a "hablar del intercambio recíproco de nuevas tecnologías, no de transferencia de tecnología. Es ridículo pensar que el movimiento de tecnología sólo puede ir en una sola dirección". El primer ministro soviético añadió que la URSS posee un enorme potencial científico, tecnológico e industrial. "La unión de la ciencia soviética con la experiencia de las empresas occidentales podría llevar al establecimiento de tecnologías muy novedosas", afirmó.
Ryzhkov citó el gasoducto transiberiano como un caso claro del fracaso "de los intentos de Estados Unidos de complicarle la vida a la URSS. Estados Unidos logra el efecto contrario, como ha ocurrido con el resto de las restricciones puestas en práctica por el COCOM". Para Ryzhkov, la base del comercio internacional reposa hoy en los intercambios de tecnología, "de ahí el interés de Estados Unidos en el control de las exportaciones tecnológicas".
El ministro soviético señaló que el clima de confrontación que vive el mundo no es propicio para el desarrollo de los intercambios comerciales. "Sería mejor reforzar la cooperación internacional, en vez de reducirnos mutuamente a cenizas con guerras de las galaxias". Según Ryzhkov, los embargos norteamericanos forman parte de "la guerra económica que perturba el ambiente y envenena las relaciones internacionales".
Para el primer ministro soviético, "es preciso poner fin a la carrera de armamentos y profundizar en la expansión de las relaciones económicas que constituyen la base material de la distensión. Pero esas relaciones sólo podrán desarrollarse en base a una igualdad de derechos, lo cual es incompatible con la utilización de vínculos económicos para ejercer presiones sobre otros países".
Refiriéndose a los planes de desarrollo soviéticos, Ryzhkov aseguró que de aquí al año 2000 se van a producir cambios sustanciales en la estructura y activos fijos del equipo productivo soviético, "lo cual abre perspectivas de cooperación muy interesantes para las empresas occidentales".
La meta principal es doblar la renta nacional soviética en dicho período. Para alcanzar tales objetivos, el incremento de la productividad industrial y del trabajo deberá ser de un 4% anual durante el nuevo plan quinquenal. Se procederá a una modernización de todo el aparato productivo con la introducción de la electrónica, la robótica y la tecnología del rayo láser. La reducción de los trabajos manuales afectará a cerca de seis millones de personas.
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