Siria pide a la Liga Árabe que discuta el establecimiento de relaciones Madrid-Tel Aviv
La Liga Árabe inicia hoy en Túnez una sesión extraordinaria para debatir, como único punto del orden del día y a petición de Libia, la decisión de Washington de presionar al régimen del coronel Muammar el Gaddafi con medidas de tipo económico y con una presencia militar frente a sus costas por los recientes atentados de grupos radicales palestinos contra las oficinas de la compañía israelí El Al en los aeropuertos de Roma y Viena. Libia ha pedido a la comunidad árabe que adopte medidas concretas contra Washington, similares a las decretadas por EE UU contra este país norteafricano. Por su parte, Siria ha solicitado que se plentee y discuta el anuncio del Gobierno español de intercambiar embajadores entre Madrid y Tel Aviv.
La reunión de la Liga de los Estados Árabes se desarrollará a partir de las once de la mañana en el lujoso y recientemente construido hotel El Mechtel, de propiedad kuwaití y que se ha convertido en los últimos meses en el centro de las reuniones de este organismo regional radicado en Túnez.La conferencia tiene carácter extraordinario y es la segunda de este tipo que se celebra en lo que va de año, después de que los países árabes decidieran el pasado día 4 celebrar otra sesión extraordinaria para analizar el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Costa de Marfil e Israel, que fue severamente condenado.
Pese a que este encuentro panárabe, que se ha convocado al nivel de ministros de Asuntos Exteriores, tiene como orden del día concreto las sanciones y el embargo norteamericano a Libia, fuentes de la Liga consultadas por este periódico aseguraron ayer que Siria, aprovechando la excepcionalidad de la reunión, ha solicitado que se plantea y discuta el anuncio del Gobierno español de intercambiar embajadores entre Madrid y Tel Aviv.
Gran parte de los 20 países, además de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), integrantes de la Liga (Egipto fue expulsado tras los acuerdos de Camp David) ha enviado a Túnez a su s ministros de Asuntos Exteriores, aunque algunos Estados han encomendado su representación a titulares de otras carteras ministeriales o a sus embajadores acreditados ante el régimen de Habib Burguiba.
Al menos Argelia, Túnez, Siria, Marruecos y Libia han anunciado ya la presencia de sus respectivos jefes de diplomacia.
La celebración de este encuentro panárabe se decidió hace tres semanas en la localidad marroquí de Fez, con motivo de la última reunión de la conferencia islámica y coincidiendo con los comienzos de la ofensiva norteamericana contra Libia por el supuesto apoyo de este país a acciones terroristas palestinas en Europa, lo que no pudo probar hasta ahora Washington.
Curiosamente, fue el ministro de Asuntos Exteriores tunecino, Beji Caid Essebsi, representante de un país actualmente enfrentado a Trípoli, quien anunció el encuentro de hoy. La reunión fue aplazada tres veces, aunque fuentes de la Liga consultadas estiman que lo ha sido simplemente por razones técnicas y no políticas, "ya que había que fijar una fecha que posibilitara acudir a Túnez a todos los representantes sin que se antepusieran otros compromisos".
La celebración de la reunión ha sido precedida por una gira del secretario general de la Liga, Chadl Klibi, por países europeos, entre ellos la República Federal de Alemania, Holanda, Francia e Italia.
A ella acude Libia tras dos semanas de estrechos contactos con el resto de los países árabes, materializados en la entrevista que mantuvieron el martes último en la localidad argelina de In Amena (a 2.000 kilómetros al sur de Argel) los coroneles Chadli Benyedid y Muammar el Gaddafi, los desplazamientos del secretario (ministro) de Asuntos Exteriores libio, Alí Triki, a Damasco Rabat y Argel y el continuo rosario de llamadas telefónicas que se han venido efectuando últimamente a Trípoli desde la mayoría de las monarquías, sultanatos y repúblicas árabes, generalmente transmisoras de solidaridad y apoyo con el régimen libio frente a la amenaza norteamericana.
La Liga de los Estados Árabes es menos que una federación soberana y algo más que una alianza, según su propio programa, que la define como una confederación de Estados soberanos, cuya clave reside en la "coordinación y la estrategia unificada". Considerado como un foro incapaz de solucionar los problemas interárabes, actúa, sin embargo, de modo automático y solidario cuando los problemas sobrepasan el ámbito regional y sitúan a un país árabe frente a otro ajeno a la comunidad, como es habitualmente el caso de Israel y, en menor medida, el de su aliado Estados Unidos.
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