El Gobierno evita pedir ayuda a Libia en el caso de los rehenes
El Gobierno español no parece aún decidido a solicitar la colaboración de Siria, que ejerce una enorme influencia sobre la milicia shií Amal, diez días después de que fuesen secuestrados en la capital libanesa tres funcionarios al servicio de la Embajada de España. Amal controla los suburbios meridionales de la ciudad donde probablemente se encuentran los tres rehenes.Preguntado sobre el posible recurso a Siria, el embajador de España en Líbano, Pedro Manuel de Arístegui y Petit, se limitó a afirmar que se trata de una "perspectiva interesante", pero otras fuentes allegadas a las conversaciones en curso aseguraron que no había sido aún puesto en práctica.
La ausencia de contactos con el régimen baazista de Damasco ha sorprendido a diplomáticos de otros países occidentales acredita dos en Beirut, cuyos ciudadanos también figuran entre los cautivos aprisionados en Líbano y que no han dudado en pedir ayuda a Siria para tratar de obtener su liberación.
"En el caso español", comentó un diplomático francés que expresó el deseo de permanecer en el anonimato, "la colaboración siria es tanto más necesaria". Esta fuente resaltó que el barrio donde el pasado 17 de enero fueron secuestrado el geo Pedro Sánchez, el canciller Asad Ebdo -ambos españoles- y el vicecanciller -de nacionalidad libanesa- Gaspar Ebdo, está bajo el control de la milicia Amal. Este grupo controla también el barrio en el que viven los familiares de Mohamed Rahal y Mustafa Jalil, dos jóvenes shiíes encarcelados por atentar contra un funcionario libio en Madrid, y cuya excarcelación ponen como condición sus familiares -autores del secuestro- para la liberación de los rehenes.
Entre los movimientos armados con peso en Líbano, Amal es sin duda el aliado privilegiado de Siria, que a petición de EE UU jugó con éxito un papel mediador el pasado mes de junio entre la Administración norteamericana y esa poderosa milicia shíí para conseguir la puesta en libertad de los 39 pasajeros estadounidenses secuestrados al ser desviado a Beirut un avión de la compañía TWA.
Lejos de beneficiar a las autoridades españolas, la prolongación del cautiverio de los tres rehenes puede contribuir a debilitar su posición negociadora. A medida que los secuestradores alardean de la "retención" de los norteamericanos y franceses, capturados algunos hace 22 meses, se han ido añadiendo nuevas exigencias para consentir liberarlos, planteadas por quienes para aumentar su presión han llegado a realizar nuevos secuestros.
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