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Niños de 13 años se alistan en las 'unidades de la muerte' para defender Libia

Libia ha anunciado oficialmente la creación de comandos suicidas y falanges combatientes, compuestas por voluntarios, dispuestas a intervenir inmediatamente ante una eventual agresión militar contra este país. El régimen de Trípoli asegura que la constitución de estas unidades de la muerte es una decisión soberana de los congresos populares de base. Los primeros voluntarios en acudir al alistamiento son niños y adolescentes con edades que oscilan entre los 13 y los 19 años.

El encuadramiento en la milicia de niños y adolescentes no es un hecho novedoso en Libia, país que tiene adscrita a su ejército profesional, compuesto por 80.000 hombres entre mandos y tropa, a toda una juventud escolar y universitaria, parte de la cual sabe manejar a la perfección, como si se tratara de juguetes, temibles cohetes de 122 milímetros y es capaz de desmontar y montar en una operación de 40 segundos los subfusiles de asalto Kalashn¡kov, ambos de fabricación soviética.Precisamente estos dos ejemplos fueron comprobados personalmente por el corresponsal de EL PAÍS, el pasado lunes a mediodía, en el acuartelamiento de Alí el Awarith, en el centro de Trípoli, con motivo de una demostración juvenil militar. Resultaba escalofriante ver cómo prácticamente niños realizaban a la perfección unos ejercicios simulados de artillería con los BM-21, sistemas de cohetes múltiples conocidos como órganos de Stalin, ante un supuesto ataque por tierra por parte de Israel y EE UU.

La operación simulada habría resultado inverosímil si media hora antes el comandante-director del acuartelamiento, Said Alí Awedat, no hubiera exhibido ante el reducido grupo de periodistas occidentales a los que se permitió visitar el centro un vídeo de 20 minutos en el que se recogían imágenes de unos ejercicios con fuego real de esos mismos jóvenes en un lugar sin determinar del desierto.

En grupos de cuatro, estos adolescentes ocupaban diferentes puestos artilleros, montados sobre camiones Ztil 131 de fabricación soviética, sobre cuyos chasis, en una plataforma giratoria, se encontraban las diferentes unidades de fuego, cada una provista de 40 misiles BM-21 del tipo Grad. Los jóvenes, tras recibir una orden común, ejecutaban la orden de disparo en cuestión de segundos, con precisión y dominio del arma.

Las autoridades militares libias sólo permitieron ver a la Prensa los temidos órganos de Stalin, cohetes con más de 20 años de existencia, y no, lógicamente, otro tipo de material bélico más moderno y de reciente adquisición, que también manejan y dominan, según fuentes diplomáticas occidentales, estos mismos jóvenes. El acuartelamiento de Alí el Awarith, que lleva el nombre de un periodista antimonárquico fallecido en accidente, es un centro de formación e instrucción de estudiantes de segundo ciclo (bachillerato) que alberga a 2.000 jóvenes, todos uniformados con gorra y traje de campaña verde oliva.

El centro alberga al estudiante-soldado de 13 años Seif el Arab (la espada de los árabes), hijo mayor de Muammar el Gaddafi, quien no tiene privilegios sobre sus compañeros y que juega y se divierte como sus compañeros disparando órganos de Stalin.

Seif el Arab fue convocado para que saludara a los periodistas, lo que hizo con cierta marcialidad. El centro exhibe abundantes retratos y acuarelas, hechas por los alumnos, del padre de Seif, que, por cierto, estos días comparece en los actos públicos con la cabeza y la cara ocultas tras un turbante y con enormes gafas negras.

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