El embajador de España en Beirut confía en que los tres rehenes sean liberados en "dos o tres días"

Pedro de Arístegui embajador de España en Beirut, que desmintió ayer rotundamente la liberación de alguno de los tres secuestrados el pasado viernes en la capital libanesa anunciada en Madrid, se mostró, en cambio, optimista y se atrevió incluso a vaticinar que en el plazo "de dos o tres días" se producirá un feliz desenlace. Arístegui, que aseguró tener un "contacto fluido" con Nabih Berri, jefe de la milicia shií Amal, que controla los suburbios del sur de Beirut, donde se encuentran probablemente los rehenes, señaló también que disponía de Informaciones fidedignas sobre el "buen estado físico y psíquico de los cautivos".

El anuncio de la puesta en libertad de dos de los secuestrados causó notable sorpresa en Beirut, ya que hasta el momento no se puede "ni siquiera hablar", según fuentes shiíes allegadas a la principal milicia de esta confesión, Amal, "de que se haya entablado una negociación en profundidad" entre la Embajada de España y las familias Rahal y Jalil, cuyos hijos cumplen condena en la prisión de Alcalá-Meco por el intento de asesinato de un funcionario libio en septiembre de 1984."Todo lo más se han llevado a cabo ciertos tanteos de aproximación a través de Amal y su líder, que el pasado domingo recibió una carta del embajador de España, en la que precisaba la postura de su Gobierno sobre este asunto", revelaron las mencionadas fuentes. "En ella", explicaron, "efectúa unas primeras concesiones para intentar resolver rápidamente el problema".

Un correligionario de Berri precisó que Madrid había renunciado prácticamente a la firma de un acuerdo consular para poder transferir a una prisión libanesa a Mohamed Rahal y Mustafa Jalil por considerar ese trámite demasiado lento. El director general de África y Asia del Ministerio de Exteriores, Jorge Dezcallar, preveía hace meses que no estaría acabado antes de noviembre de 1986.

Aunque esta última fuente no quiso revelar con precisión el contenido de la misiva española, dio a entender que la fórmula propuesta era más expeditiva que el acuerdo consular y se aproxima, en la práctica, a una expulsión del territorio español. La respuesta de los familiares a esta oferta no ha sido aún dada a conocer.

Es de prever que, escaldados por su experiencia de junio del año pasado, no se conformarán, esta vez, con meras promesas vagas y querrán garantías de la excarcelación en breve plazo, sobre la que probablemente girará la negociación, ya que, al parecer, España está dispuesta a aceptar el traslado de los reos a Líbano, un país donde las cárceles públicas están vacías.

Seguidores de Sadr

Los dos shiíes libaneses, Mustafá Jalil y Mohamed Rahal, condenados a 23 años de cárcel en España por un intento de asesinato contra el diplomático libio Ahmed Idriss, en septiembre de 1984, aseguraron ante la Audiencia Nacional que les juzgó en Madrid, que eran seguidores del imáin de los shiíes libaneses Musa Sadr, desaparecido en extrañas circunstancias en Libia, informa Rafael Fraguas.Los dos libaneses, que pertenecen a influyentes familias shiíes con ascendiente en Beirut, dijeron entonces que su tentativa contra el diplomático libio perseguía no el asesinato del funcionario libio, sino publicidad para la causa de Sadr.

La desaparición de Musa Sadr en la capital libia, Trípoli, en septiembre de 1979, junto a dos influyentes libaneses, causó profundas fricciones entre los regímenes de Irán y Libia. Sadr había sido invitado por el coronel Muammar el Gaddafi a asistir a las conmemoraciones del aniversario de la revolución libia.

Una parte de las organizaciones islámicas libanesas se declara partidaria de la instauración en Líbano de un régimen republicano islámico similar al iraní.

El pasado octubre, Irán envió a sus correligionarios libaneses 35 toneladas de alimentos, según informaron a este diario en Madrid fuentes de la organización armada antijomeinista Muyaidin Jalk, que encabeza Masud Rayavi, presidente del Consejo Nacional de la Resistencia iraní.