Once meses de lucha contra el cáncer
Once largos meses han transcurrido desde el 8 de febrero del pasado año, fecha en la que a Enrique Tierno le fue extirpado un tumor de colon, hasta su nuevo internamiento en la clínica Ruber el pasado miércoles. En ese tiempo, el alcalde ha mantenido una lucha feroz contra el cáncer, que él fue de los primeros en conocer y que sufrió en secreto hasta poco antes de su operación.En su resistencia frente a la enfermedad, Enrique Tierno se ha defendido intentando mantener su habitual ritmo de trabajo en el despacho municipal. Hasta los últimos momentos desoyó los consejos de los médicos, familiares y colaboradores para ser hospitalizado. Temía -y sabía, como al final ha ocurrido-, según han confesado personas de su entorno, que su entrada en la clínica fuera la despedida definitiva y que se prolongara artificialmente su vida.
De todas formas, el pulso de Enrique Tierno con la enfermedad ha tenido diferentes campos de batalla a lo largo de los últimos años. En mayo de 1976 se sometió a una operación de retina en la clínica de San Camilo, en Madrid. Una nueva intervención por desprendimiento de retina en el ojo izquierdo le fue efectuada el 14 de enero de 1980. El 24 de julio del mismo año volvió a ser internado dos días en el Gran Hospital de Madrid, aquejado de continuas hemorragias nasales a consecuencia de la rotura de un vaso capilar.
Los síntomas del cáncer hepático se hicieron públicos poco antes de la operación en la que le fue extirpado un pólipo -benigno, se dijo entonces- en el colon, después de sufrir fuertes dolores abdominales durante un mes. Tierno ingresó el 6 de febrero de 1985 por la noche en la habitación 517 de la clínica Ruber. En dos horas y cuarenta minutos, un equipo integrado por los doctores Ballesteros, Segovia, Simón, Menéndez y Valdivielso cortó unos 25 centímetros de colon, en los que se encontraban numerosos divertículos y un pólipo o tumor cuyo análisis, una vez extirpado, nunca se dio a conocer públicamente. El 21 de febrero el alcalde fue dado de alta, y el 30 de abril se incorporó a su despacho de la plaza de la Villa. Empezó una espectacular recuperación.
A mediados de septiembre se anunció que el alcalde sería sometido a una revisión de su operación de colon, y el 3 de octubre el doctor Ballesteros dijo que los resultados de la revisión permitían asegurar que "el estado del alcalde es bueno y está estabilizado".
La última vez que se habló de revisiones médicas fue el 20 de diciembre, cuando Juan Barranco anunció que el alcalde sería sometido a una nueva tras sufrir una gripe y hemorragias nasales.
El entorno del alcalde mantuvo un hermético silencio sobre la evolución real de la enfermedad, y, según personas próximas a él, se negaba en rodondo a ser hospitalizado, pese a su evidente mal estado. Hasta el pasado martes, en que mantuvo un encuentro con el patronato del Museo del Prado. Fue su último acto oficial. El miércoles, a las 14.57, quedó hospitalizado. Los médicos habían obtenido un pretexto irrecusable en la caída que el alcalde sufrió horas antes en el cuarto de baño de su casa.
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