Una historia de liderazgos paralelos
Las trayectorias del derrocado presidente suryemení, Alí Nasser Mohamed, y de su sucesor, Abdul Fatah Ismail, están tan entrañablemente unidas como las de dos hermanos gemelos. Mohamed, de 49 años, e Ismail, de 47, participaron juntos en el Frente de Liberación Nacional, que combatió con las armas por la independencia de los británicos, obtenida finalmente en 1967. Ambos, marxistas convencidos, participaron en el Gabinete del presidente Rubayi Alí y encabezaron la fracción prosoviética del Frente, que obtuvo el poder interno en 1978, cuando Alí fue derrocado y ejecutado.Tras el derrocamiento, Alí Nasser Mohamed, entonces primer ministro, asumió la jefatura del Estado en forma interina, pero cedió la presidencia a Ismail, ex ministro de Defensa, en diciembre del mismo año, y reasumió su puesto de primer ministro.
Por entonces la alianza con Moscú era firme y Yemen del Sur se había convertido en la única nación árabe comunista. En 1980 Ismail renunció al cargo aduciendo razones de salud y marchó a un exilio autoimpuesto a Moscú, cediendo el poder a su camarada de armas, Mohamed.
Las relaciones entre ambos líderes comenzaron a deteriorarse durante este período y las fricciones empezaron nada más regresar Ismail a Aden, el año pasado. Mientras Mohamed había desarrollado una política de acercamiento hacia sus vecinos más conservadores -Yemen del Norte, Omán y Arabia Saudí- e intentado una flexibilización del régimen marxista, Ismail había fortalecido su ortodoxia en el exilio soviético.
Aprovechando que Mohamed había acumulado dos cargos, el de presidente del país y secretario general del partido único, Ismail le acusó de personalismo y pidió que renunciara a uno de ellos.
Informes diplomáticos afirman que un intento de resolver las diferencias a tiros, en el verano pasado, fue abortado a última hora con la mediación de la embajada soviética y dirigentes palestinos. Finalmente, el 13 de enero, Ismail encabezó, junto a un grupo de jefes militares, un movimiento armado contra Mohamed. Aunque la radio oficial anunció su ejecución ese mismo día, Ismail no murió y consiguió, tras una semana sangrienta, derrocar a su antiguo compañero de aventuras.
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