Europa se resiste a aplicar sanciones a Libia
La mayor parte de los Gobiernos europeos ha expresado su oposición a adoptar sanciones económicas contra Libia, y la Comunidad Europea tampoco está dispuesta a tomar medidas, en conjunto, contra el régimen de Gaddafi, al que Estados Unidos acusa de apoyar a los grupos terroristas que atacaron el mes pasado los aeropuertos de Viena y Roma. El presidente norteamericano, Ronald Reagan, que calificó esta madrugada a Gaddafi como un "paria de la comunidad internacional", anunció un embargo comercial casi absoluto contra Libia a partir del 1 de febrero, y pidió a sus aliados occidentales que se sumen a esas medidas. Advirtió que dará nuevos pasos si ese país no pone fin al terrorismo.
La República Federal de Alemania, el Reino Unido, Italia, Holanda y Grecia han manifestado su rechazo a las sanciones contra Trípoli. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Roland Dumas, afirmó ayer que su país, "no escurrirá el bulto" si hay que aplicar "el derecho internacional" en caso de que se demuestre que Libia participa en acciones terroristas. Dumas preciso, no obstante, que Francia "espera conocer en detalle las propuestas" de Estados Unidos contra Libia.El ministro de Exteriores griego, Carolos Papoulias, ha solicitado una reunión de la Comunidad Europea para efectuar una "consulta urgente" sobre los diversos aspectos de este problema.
La reunión debería ser convocada a petición de tres países miembros por el presidente en ejercicio de la, CEE, Holanda, que ha informado a Estados Unidos de su oposición a las sanciones económicas, según manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en La Haya.
Las represalias de EE UU tendrían por sí solas un efecto mínimo en la economía libia, puesto que, desde 1982, Washington no importa petróleo libio ni mantiene compromisos comerciales con ese país. Europa sí tiene, en cambio, importantes lazos económicos con Trípoli.
Otro aliado de EE UU, Canadá, anunció ayer que no contempla la adopción de sanciones. Gaddafi ha obtenido, además, el apoyo de la Conferencia Islámica, que hizo público en su reunión de Fez un documento de solidaridad con Trípoli.
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