La esposa de Nelson Mandela fue detenida ayer por volver a Soweto, de donde había sido expulsada por la policía

Winnie Mandela, de 51 años, esposa del dirigente antiapartheid Nelson Mandela, de 70 años, fue detenida ayer por desafiar la prohibición del Gobierno de Suráfrica de volver a Soweto, donde tiene su casa y de donde fue expulsada el sábado por orden policial. Winnie Mandela se encuentra ahora detenida en una comisaría en Krugersdorf, a unos 30 kilómetros de Johanesburgo, y, según su ahogado, será juzgada hoy.

Fuentes policiales manifestaron que Winnie Mandela será acusada de violar el decreto que le impedía volver a Soweto, aunque también podría serlo de otras transgresiones. "Hasta mañana [por hoy] no sabremos de qué delito se le acusa y si tendrá derecho a libertad bajo fianza", manifestó su abogado, Akbar Ayob.Winnie Mandela fue expulsada de Soweto, la mayor concentración urbana de negros en Suráfrica, próxima a Johanesburgo, después de que el Gobierno relajara algunas de las medidas dictadas contra ella hace ocho años. El abogado de Mandela manifestó que su cliente conocía los riesgos que corría al regresar a Soweto, adonde volvió el sábado por la noche.

Poco antes de su detención, Winnie Mandela declaró: "No me voy a mover de aquí porque ésta es mi casa. Tendrán que detenerme". Los seis informadores que asistieron a la conferencia de prensa -entre ellos, representantes de The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times- fueron detenidos y serán juzgados por violar las restricciones impuestas para informar sobre lo que ocurre en Soweto.

El ministro surafricano de Ley y Orden, Louis le Grange, manifestó el sábado a Winnie Mandela -que cuenta con una larga historia de lucha contra el segregacionismo- que no tendría que volver a Brandfort, donde ya fue recluida en 1977, y que podía estar en cualquier parte del país, excepto en Soweto y sus inmediaciones. Winnie Mandela había hecho caso omiso del ultimátum que le dio el mes pasado el Gobierno para que volviera a Brandfort, de donde salió en agosto, después de que un grupo de desconocidos incendiara su casa.

Las restricciones que le fueron levantadas le permiten ahora participar en reuniones de carácter social, pero no político, tras ocho años en que le estuvo vedado el ver a más de una persona simultáneamente.

En declaraciones publicadas esta semana por el semanario norteamericano Newsweek, Winnie Mandela señala que el Gobierno de Pretoria "se ha vuelto loco". "Para mí, regresar a Brandfort y considerarme desterrada habría significado encaminarme hacia el suicidio", señaló. "Siento el pulso de la libertad más que en ningún otro momento de la historia de nuestra lucha. Tengo esperanza en la nación. Nunca hemos estado tan próximos a la libertad como hoy".

En Roma se llevó a cabo el sábado una manifestación contra el régimen segregacionista surafricano bajo la consigna de Navidad contra el 'apartheid', en la que participaron unas 10.000 personas. Entre los concurrentes se encontraba el anterior jefe del Estado italiano, Sandro Pertini.

El propio Papa se sumó ayer a quienes critican el segregacionismo de Pretoria. En el tradicional rezo dominical del Ángelus, Juan Pablo II condenó el apartheid y el racismo, formas de discriminación que "niegan la afirmación de valores y derechos insustituibles que hacen al hombre más hombre y que le ayudan a tomar conciencia de su propia dignidad de persona, creada a imagen y semejanza de Dios, y a elevarlo social, cultural y espiritualmente".

En Suráfrica un negro pereció ayer al disolver las fuerzas de seguridad una manifestación en un suburbio de Johanesburgo. El sábado murieron dos negros más en otros puntos del país.