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Reportaje:

Imparable apisonadora de relevos en la URSS

Gorbachov desmantela la vieja estructura personal del poder

Pilar Bonet

Una serie de relevos de gigantesca proporción y ritmo acelerado, que envía a la jubilación a los dirigentes que hicieron carrera en la época de Breznev, afecta a toda la estructura de poder en la URSS, desde el Gobierno al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), pasando por el Ejército y el Komsomol (Juventudes). El detonante ha sido la llegada al timón del Estado de Mijail Gorbachov para continuar la obra de Yuri Andropov.

Con la sustitución masiva de cuadros -generacional y tecnocrática, básicamente-, el líder soviético trata de asegurarse una red de mando dinámica que le permita llevar a cabo una política donde la modernización económica es una prioridad urgente, que obliga a colocar a responsables profesional mente cualificados.El XXVII Congreso del PCUS, que comienza el 23 de febrero próximo, supondrá la culminación de los relevos con la elección de un nuevo Comité Central, el organismo colectivo más parecido a un Parlamento con poder en la URSS, donde los representantes breznevianos son aún mayoría. Analistas soviéticos no oficiales opinan que Gorbachov puede asegurarse sin dificultad más de un 50% de los miembros de esta organización, que se renueva cada cinco años y que en tiempos de Breznev se caracterizaba por una gran estabilidad basada en reelecciones prácticamente aseguradas de por vida.

El Comité Central surgido del XXVI Congreso, en marzo de 1981, estaba formado por 319 miembros de pleno derecho y 151 miembros candidatos (con voz, pero sin voto). En el tiempo transcurrido desde entonces hasta principios de este mes, un total de 33 miembros han muerto y otros 79 se han retirado o han sido cesados en aquellos puestos que ocupaban al ser elegidos miembros; 169 mantienen la misma posición o han sido ascendidos; 23 aparecen en una posición dudosa y no se han rastreado cambios en el contingente de 25 representantes campesinos.

El Comité Central, que es elegido entre los delegados al congreso, incluye varias categorías de representantes. Están los funcionarios del aparato central del PCUS (secretarios del Comité Central, jefes de departamento, directores de los periódicos del PCUS); además, hay los funcionarios locales del partido (secretarios de los comités centrales de las Repúblicas, de divisiones administrativas y de las regiones, representantes de los gobiernos locales, del Gobierno de la URS S, del Ejército, del KGB (Comité de Seguridad del Estado), de los científicos, los sindicatos, la juventud, los obreros y el campesinado.

El proceso electoral que va filtrando a los miembros del PCUS desde las organizaciones de base hasta los aproximadamente 5.000 delegados finales que se reúnen en el Palacio de Congresos del Kremlin comenzó en septiembre con las elecciones en la base, organizadas, según el lugar de trabajo, de acuerdo con una estructura formada en la época de la clandestinidad prerrevolucionaria. En total, el PCUS tiene casi 19 millones de miembros y hay un delegado para cada 3.670 de ellos.

La campaña electoral se encuentra ahora en la fase de conferencias regionales y de divisiones administrativas, y concluirá con los congresos de las 15 Repúblicas de la URSS, que deben celebrarse durante el mes de enero y principios de febrero. La Prensa soviética se encuentra llena de informes -a menudo muy críticos- sobre las diferentes conferencias, donde se informa de cuantiosos cambios personales.

Opacidad informativa

La tarea de seguirlos puntualmente es, sin embargo, prácticamente imposible para un extranjero, ya que la Prensa central de Moscú no da la relación completa de ellos y los extranjeros no están autorizados a suscribirse a la Prensa regional. Así pues, las listas realizadas con paciencia por los diplomáticos o periodistas concienzudos son necesariamente incompletas de no contar con un apoyo logístico soviético.De acuerdo con una de las listas más elaboradas, de los 64 miembros del Comité Central con puesto de secretario regional, 13 han sido cambiados durante la época de Gorbachov. El grupo de los dirigentes locales del partido constituye el más influyente dentro del Comité Central y tenía un 36% de los miembros elegidos en el último congreso.

En la URS S, y a nivel del cargo de secretarios regionales del PCUS -importante elemento en la realización de la política del partido-, quedan dos funcionarios elegidos en la época de Jruschov, 77 de la época de Breznev, 34 de la época de Andropov y 14 de la época de Chernenko. A Gorbachov se le atribuyen 31 cambios de secretarios regionales, además de otros ocho ocurridos durante los últimos meses de vida de Chernenko.

El análisis consultado calcula que en el aparato regional del partido la mitad del total de secretarios han sido cambiados en época de Andropov y Gorbachov. Los diferentes ministros de la URSS constituían el segundo grupo por su representación proporcional en el Comité Central (el 34,5%). El grupo de los militares -constituido por 24 personas en 1981- se ha visto diezmado por las defunciones, que han producido nueve bajas, entre ellas la del ministro de Defensa, Dimitri Ustinov.

Durante los cinco años que transcurren de congreso a congreso, el Comité Central no renueva a los miembros fallecidos ni sustituye a aquellos que perdieron el puesto que les dio acceso a la organización. Sólo dos personas -el primer secretario de Krasnadar, Medunov, y el ministro del Interior, Shchelokov- han sido formalmente expulsadas del Comité Central en los últimos años.

La rigidez de la estructura produce casos como el de Alexander YakovIev, jefe del departarmento de propaganda del Comité Central en la actualidad, que ha realizado una brillante carrera en los últimos años y que no es miembro del Comité Central.

Durante la época de Breznev, pertenecer al partido protegía de las críticas públicas. Hoy las cosas parecen haber cambiado y, aunque el blanco favorito siguen siendo los ministros, el ser miembro del PCUS ya no evita las responsabilidades abiertas, y así lo manifestó el jefe del KGB, Víctor Chebrikov, el mes pasado.

Los relevos gubernamentales son más fáciles de seguir que los del partido. El Consejo de Ministros, surgido de las elecciones de 1984, cuenta con 115 miembros, incluyendo presidente, vicepresidente, 62 ministerios propiamente dichos y 19 comités estatales, que son de hecho ministerios con otra denominación. Por lo menos 35 de los 62 ministerios han sufrido relevos en lo que va de 1985. Los cambios afectan sobre todo a los responsables económicos y, dentro de ellos, a los representantes de ramas relacionadas con la energía.

Ceses gubernamentales

Han cesado desde el ministro de Industria Petrolera al del Gas y el Carbón, pasando por el de Electrónica, Siderurgia, Comercio, Transportes, Educación y Exteriores, por citar algunos ejemplos. La innovación más importante ha sido la creación de un superministerio que con el nombre de Comité Agroindustrial del Estado sustituye a seis ministerios agrícolas, agrupándolos en un organismo con plenos poderes dirigido por Vsevolod Murajovski, el hombre que sucedió a Gorbachov como primer secretario en Stravropol cuando éste pasé a Moscú.Ha habido también relevo en la presidencia del poderoso Comité de Planificación Estatal (Gosplan), donde Nikolai Talizin, de 56 años, sustituyó a Nikolai Baibakov, de 74, que había estado en el puesto casi 20 años, y han caído también el director de la radiotelevisión y varios funcionarios de este organismo. Personajes eclipsados en la época de Breznev, como Katushev, han vuelto a posiciones de nuevo protagonismo.

Un primer análisis de los cambios permite ver un predominio de los funcionarios con formación técnica superior -a menudo ingenieros-, y hasta el mismo ministro de Educación Superior, Genadi Iagodin, es químico con experiencia en energía atómica. Hay también preponderancia de originarios de los Urales y Siberia en las esferas industriales, y de hombres del sur de Rusia en el campo agrícola.

Un observador político soviético cree que la nueva generación sustituye a otra de burócratas y administradores peor preparados, pero ello no implica que vaya a adoptar formas de comportamiento más democráticas, ya que quienes suben ahora están acostumbrados a mandar desde el taller, la fábrica o el koljos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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