Bailar de cabeza
Si es tradicional admirar en las bailarinas clásicas los 32 fouettes como prueba de fuerza y virtuosismo técnico, entre los entendidos del break dance pasa lo mismo, pues existe un estricto código referido al número de piruetas (apoyadas en la palma de la mano o la cabeza), saltos de campana y auténticos revolcones que ponen a prueba la elasticidad y entrenamiento de los bailarines.En Madrid y en Barcelona esta corriente de baile y algunas otras manifestaciones como el graffiti empezaron a tener alguna repercusión hace aproximadamente tres años, con la llegada de los discos break y algunas películas cuyos héroes eran breakers militantes.
Combinado de muestras visuales, un lenguaje particular, la danza y la música, el fenómeno del break se inserta en un movimiento más amplio denominado Hip hop, resultante de la necesidad de expresión de toda una población vital, joven y marginada, que flota en la urbe neoyorkina. Los primeros destellos ocurrieron en los años setenta, pero no ha sido hasta los ochenta en que los sectores oficiales de la cultura han reconocido su importancia y fuerte implantación.
Concurso de 'break dance'
Grupos de la Comunidad de Madrid: The Camp Stars (Madrid); Madrid Sur Breakers (Getafe); Madrid City Breakers; Midnight Dance; Dynamic Fresh (Móstoles); Look Stars; D.M.C. Crew Breakers (Alcorcón); Break Boys (Móstoles). Discoteca Consulado, Madrid, 20 de diciembre.
Del Bronx a Azca
Esa especie de folclor urbano comenzó entonces a expandirse con una rapidez asombrosa. En España, desde 1982 existen grupos que, con más o menos suerte y continuidad, han sentado las bases de su diversión-deporte, pues la práctica del break tiene tanto de baile como de gimnasia. La boca de metro de Universidad en Barcelona y la plaza del Cubo en Azca, Madrid, han sido los centros promocionales de este movimiento. Curiosamente, en la periferia de Madrid es donde están asentados los focos de practicantes más entusiastas.En este certamen se vieron grupos con diferentes calidades, pero fue una buena oportunidad para acercarse a las variantes que ha encontrado en España este baile. La imaginación coreográfica no fue buena, pues los grupos se obstinan en repetir los pasos que han visto en las películas. El grupo ganador, Madrid City Breakers, se distinguió por su organización, aunque, aisladamente, entre los otros concursantes hubo verdaderos virtuosos.
Se hizo notar el imaginativo vestuario de Break Boys y la presencia de varios guineanos en Midnight Dancers, que arrancaron ovaciones del público por su manera de interpretar los pasos. Otro momento emocionante fue la participación de un chico minusválido en la competición, que a pesar de las limitaciones físicas fue capaz de evolucionar con sus compañeros de grupo y en solitario.
El peculiar jurado, compuesto por los integrantes del grupo Double Crew, actuales campeones de España, hicieron con anterioridad una demostración de su gran calidad.
El break dance no luce en los espacios cerrados. Su escenario ideal es la calle. La pista de una discoteca no brinda las posibilidades ambientales de una plaza; por ello algún grupo se trajo un enorme mural con una pintada break, desplégandola para hacer su número a manera de escenografía, una brillante idea que entusiasmo a todos.
La final con participación de grupos de toda España será a finales de febrero, con toda probalidad en Barcelona, aunque este punto no está totalmente definido, según los organizadores.
Babelia
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