La manifestación de Melilla
Ante las protestas de la comunidad musulmana de Melilla y la puesta en vigor de la ley de extranjería, debemos condenar esa disposición por antidemocrática y represiva, ya que deja sin solución ni protección a los extranjeros en nuestro país. No olvidemos que esta ley ha sido denunciada por el Defensor del Pueblo, Justicia y Paz, Asociación Pro-Derechos Humanos, y otras instituciones.Por otra parte, hay que rechazar la "solución provisional" de otorgar a los musulmanes una tarjeta provisional que les perpetúa como extranjeros en su tierra y ciudadanos sin derechos en la península. La solución sería otorgarles la plena ciudadanía. Lo de Ceuta y Melilla no es un problema (como las Malvinas) entre democracia española y dictadura de Hassan II, sino una cuestión entre un país colonizado y un país colonizador. Sino es así, no tiene ningún sentido reivindicar Gibraltar. Sólo en este sentido, y no simplemente en el de mejorar (que ni se hace) los derechos de los ciudadanos de estos territorios, se podrá resolver el problema.- .
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