_
_
_
_

El Gobierno aplaza a enero cualquier reducción del precio de las gasolinas

El Gobierno parece decidido a retrasar hasta enero cualquier modificación a la baja de los precios de las gasolinas, pese a la fuerte reducción que están experimentando los crudos importados y la cotización del dólar. El retraso al mes de enero se debe, primordialmente, a la entrada en vigor del impuesto sobre el valor añadido (IVA) y a la modificación que experimentará la fiscalidad de los productos derivados del petróleo con la nueva ley de Impuestos Especiales.Los dos componentes fundamentales del proceso de formación del precio de los productos derivados del petróleo -coste del barril importado y cambio de la peseta en relación al dólar- han expermentado en los últimos tres meses una evolución acusadamente favorable para España. A la tendencia a la baja del precio del crudo en los últimos meses se ha unido ahora la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) -adoptada el lunes en Ginebra- de competir abiertamente con el resto de productores de crudo, lo que ha provocado, en menos de 48 horas, una caída de hasta dos dólares en el precio de determinados crudos.

Según estimaciones de expertos, la previsible guerra de precios que se espera en el mercado mundial en los próximos meses podría provocar una reducción del precio del petróleo a un nivel entre 23 y 25 dólares a partir del mes de marzo.

De confirmarse estas expectativas, España se ahorraría hasta un 10%, como mínimo, en su factura petrolera, ahorro que podría superar este porcentaje de continuar la política tan favorable de compras de crudo que se puso en vigor a lo largo de 1985.

Aparte de la caída de los precios de los crudos, la pérdida de valor del dólar frente a la peseta también ha tenido un efecto favorable en el abaratamiento de los costes de producción de los derivados del petróleo. Según estimaciones de la delegación del Gobierno en Campsa, por cada unidad que pierde el dólar frente a la peseta, el ahorro se sitúa en 5.500 millones de pesetas en un período anual. El ahorro es de 35.000 millones si el precio del crudo desciende un dólar.

En estos momentos, los ahorros, producidos por el descenso de ambos factores, calculados en función de los cambios sobre los que se realizó la última subida de las gasolinas, son situados por expertos del sector en algo más de 50.000 millones de pesetas. El hecho de que el Gobierno no haya repercutido este ahorro en los consumidores implica que los 50.000 millones irán a las arcas del Estado en concepto de fiscalidad adicional a la establecida en la ley de los presupuestos, que para 1985 era de 422.000 millones.

Las necesidades acuciantes del Gobierno para cubrir el déficit, junto a los cambios que experimentará la fiscalidad del petróleo con la entrada en la CEE, así como el deseo de introducir una estructura de precios energéticos más acorde con la europea, están aplazando una decisión sobre la cuestión de los precios de las gasolinas y los gasóleos. Sin embargo, crece la tesis dentro del Gobierno de que "algo habrá que hacer a partir de enero", sobre todo si se tiene en cuenta que es de esperar una mayor conciencia general de que los precios están bajando en otros países.

Un factor contrario a estas reducciones puede ser la política del Ministerio de Industria y Energía, cuyo titular, Joan Majó, se declaró favorable a aplicar una política de precios reales que sirva de disuasor del consumo energético y que favorezca el ahorro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_