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Mugabe suscribe en Moscú un acuerdo de cooperación entre Zimbabue y la URSS

Pilar Bonet

Un acuerdo de cooperación económica y técnica entre la URSS y Zimbabue coronó ayer la visita oficial del jefe del Gobierno de este país, Robert Mugabe, a Moscú, en el transcurso de la cual la situación en Suráfrica ha recibido una atención prioritaria. La visita, que concluye hoy con una conferencia de prensa de Mugabe, es la primera de carácter oficial que este dirigente realiza a la URSS desde que Zimbabue consiguió la independencia, en 1980.

Mugabe, recibido con todos los honores en Moscú, se entrevistó ayer con el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, tras haberlo hecho antes con el presidente del Presidium del Soviet Supremo, Andrei Gromiko, y el jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov.Durante los años de lucha armada que precedieron al derrocamiento del régimen blanco de lan Smith en Rhodesia (anterior nombre de Zimbabue), la URS S apoyó al rival de Mugabe, Joshua Nkomo. En los últimos tiempos, y con el telón de fondo de una creciente tensión en Suráfrica, las relaciones entre Mugabe, líder de la Unión Nacional de Africanos de Zimbabue (ZANU), y el Kremlin muestran síntomas de mejora. En agosto, Mugabe realizó una corta escala en la capital soviética en su viaje de vuelta a Zimbabue desde China, uno de los principales proveedores de armas para las tropas del actual primer ministro del país africano durante la lucha armada contra el régimen rhodesiano.

Además del acuerdo de cooperación, cuyos detalles no habían sido facilitados ayer a última hora de la tarde, el Partido Comunista de la URSS (PCUS) y el ZANU llegaron a otro convenio de cooperación política entre los partidos. La condena a la política de apartheid de Suráfrica se repitió en las conversaciones entre Mugabe y los dirigentes soviéticos. Gromiko acusó a Pretoria de terrorismo de Estado y de haber ocupado ilegalmente Namibia y prometió apoyo soviético para el SWAPO, considerado por la URSS como el único representante legítimo del pueblo de Namibia. Rizhkov expresó la solidaridad soviética con el SWAPO y con el Congreso Nacional Africano, el grupo nacionalista negro surafricano cuyos militantes armados son acusados por Pretoria de utilizar el territorio de Zimbabue para perpetrar atentados en territorio surafricano.

Tanto Rizhkov como Mugabe se expresaron a favor de la introducción de sanciones obligatorias y generalizadas contra Pretoria. Ni Rizhkov ni Gromiko atacaron directamente a EE UU, según las intervenciones publicadas por la Prensa soviética. La semana pasada, ante el Soviet Supremo de la URSS, Gorbachov había acusado a EE UU de ignorar el apartheid en Suráfrica y utilizó la situación en este país para señalar una de las diferencias existentes entre las políticas de EE UU y la URSS.

Harare (capital de Zimbabue) será la sede de la próxima conferencia de jefes de Estado de países no alineados en 1986 y este hecho ha desempeñado un papel importante en el caluroso recibimiento a Mugabe, según opinan diplomáticos africanos. En su brindis ante Mugabe, Rizhkov alabó el papel y significado del Movimiento No Alineado, al que también pertenece Angola, país apoyado con suministros bélicos desde la URSS y también limítrofe de Suráfrica.

Mugabe aseguró sentirse en Moscú "totalmente como en casa" y que los principios marxista-leninistas se seguirán aplicando en la transformación socioeconómica de su país. Mugabe consideró "hipócrita" el argumento según el cual las sanciones contra Suráfrica causan daños a la región.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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