México protesta ante la URSS por la detención de la familia de un diplomático asesinado

México ha protestado oficialmente ante la Unión Soviética por la detención de cuatro familiares del diplomático Manuel Portilla Quevedo, de 43 años, quien fue asesinado el 30 de octubre pasado en Moscú junto con su empleada doméstica, también de nacionalidad mexicana. Los detenidos son la ex esposa y tres de los cuatro hijos de ambos.

En una nota de protesta presentada ayer por la Embajada de México ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS, se reprocha a las autoridades de este país el haber detenido a los cuatro miembros de la familia sin el conocimiento de la Embajada y prescindiendo del hecho de que tres de ellos tenían pasaporte mexicano y un cuarto, menor de edad, pasaporte diplomático mexicano.Manuel Portilla Quevedo que tenía el cargo de consejero de su representación diplomática, era considerado un experto conocedor de la vida soviética y un competente profesional. En la noche del 30 de octubre, Portilla fue golpeado en la cabeza con un hierro y rematado de un balazo en la nuca. Su empleada de hogar, Carmen Cruz, fue también golpeada y recibió dos balazos en la cabeza.

Las investigaciones, iniciadas por la fiscalía de Moscú, concluyeron a finales de noviembre con la detención de la ex esposa de Portilla, Valentina Zumin, de origen soviético, y tres de los hijos comunes, Jorge, Manuel y José. La cuarta hija de la familia, Irene, de ocho años, quedó desamparada, según la nota de la Embajada mexicana, al ser arrestada toda su familia y no haber sido informada de ello la representación diplomática.

Según la nota de protesta, las autoridades soviéticas se negaron a que un funcionario de la Embajada se entrevistara con los detenidos. Fuentes próximas a la familia Portilla opinan, sin embargo, que la Embajada mexicana se ha mostrado reticente a emitir una nota de protesta, a la, que finalmente se ha visto forzada por las circunstancias.

Dos de los hijos de Portilla, Manuel y José, fueron puestos en libertad posteriormente. Valentina y Jorge continuaban ayer en prisión. Portilla desarrollaba una intensa vida social y tenía problemas familiares.