Una bomba desactivada se estrella contra tres viviendas en Moratalaz tras desprenderse de un Phantom español
Una bomba inerte de 12 kilos de peso se desprendió de un cazabombardero Phantom (F4) de la Fuerza Aérea Española con base en Torrejón de Ardoz y cayó a mediodía de ayer sobre tres viviendas de los números 8 y 10 de la calle de Mérida, en el distrito madrileño de Moratalaz, sin que se produjeran daños personales. El impacto hizo vibrar los dos edificios afectados, cuyos ocupantes abandonaron despavoridos sus domicilios. El ministro de Defensa, Narcís Serra, despachó ayer con el presidente Felipe González en el Congreso durante una hora. Serra anunció el inicio de una investigación para esclarecer los hechos.
El cazabombardero, que había despegado a las 13.04 horas de la base de Torrejón, volaba a una altitud de 5.000 pies (1.700 metros) y se dirigía al polígono de Caldet (Teruel) para realizar ejercicios de tiro. Las malas condiciones meteorológicas obligaron al piloto a regresar a la base, momento en el que se desprendió la bomba, debido, según el Ministerio de Defensa, a un fallo mecánico en los enganches que la sujetaban al fuselaje del avión.La bomba chocó alrededor de las 13.15 horas contra el muro frontal de uno de los edificios, situado en el número 8 de la calle de Mérida, penetró en una de las habitaciones del cuarto piso y atravesó las paredes de otras dos viviendas situadas en la planta tercera del edificio colindante, provocando roturas de tabiques y numerosos destrozos en el mobiliario.
Extraña vibración
María Isabel Domínguez, de 38 años, ama de casa, se encontraba en la cocina del tercer piso, letra C, del número 10 cuando escuchó un ruido ensordecedor y luego una extraña vibración que hizo que se moviera todo el piso". Despavorida, recorrió lo pocos metros que separan la cocina del salón y fue a buscar a su madre, que se encontraba sentada en una mecedora, tan pálida como un muerto. "Se ha movido el suelo", farfulló la anciana. Casi al instante ambas se dieron cuenta de que de una de la habitaciones de la casa salía humo. "La pared tenía un boquete y los muebles estaban rotos", explicó.
El mismo susto y una sensación parecida se llevó Pilar Muñoz, vecina del tercer piso del número 8. "La habitación de los dos niños estaba envuelta en humo y salí pitando para la calle porque pensaba que el edificio se me venía encima", aseguró. "La calle se llenó de gente que lloraba y gritaba", explicó un vecino. Luego llegó la policía y después los artificieros. "En mi casa", aseguró Pilar Muñoz, "recogieron un objeto de metal redondo que tenía como una tubería por el centro".
El capitán general de la primera región aérea, Luis Delgado, visitó en la noche de ayer los inmuebles afectados y ofreció a los vecinos la ayuda del Ministerio de Defensa para sufragar "de manera inmediata" los gastos derivados de las reparaciones.
Luis Delgado explicó en el lugar de los hechos las características de la bomba inerte desprendida del Phantom, "una bombeta de instrucción, del tipo BD-U33, que no lleva ningún tipo de explosivo, sino un cartucho fumígeno que, al hacer impacto, deja una señal con el objeto de comprobar si la bomba ha hecho blanco en el punto previamente establecido".
Moratalaz es un populoso distrito periférico de la zona oeste de Madrid, donde habitan aproximadamente 150.000 personas. Configurado como un barrio-dormitorio en la década de los sesenta, nueve de cada diez personas activas se desplazan a diario fuera del barrio por motivos laborales.
El problema de alta densidad es especialmente grave en la zona oeste, donde viven aproximadamente 22.000 familias en varios polígonos de reciente construcción. La calle de Mérida se encuentra en el polígono Virgen de la Esperanza de Martala, en el acceso al distrito de Moratalaz desde la carretera vieja de Vicálvaro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.