La justicia en Béjar
El día 24 de octubre tuve que acompañar a un juicio de faltas a una tía mía de 72 años. Allí no se habló más que de delito, sin permitir que ella se defendiera en nigún momento. Yo tengo entendido que en todos los juicios se debe oír a las dos partes, por lo que indiqué al juez que mi tía tenía derecho a defenderse. A lo que el señor juez, con modales impropios de su cargo, me mandó salir de la sala.Para más ironía, esta señora tuvo un familiar muy allegado que pasó por las cárceles franquistas por defender la libertad de expresión, y ahora en plena democracia se sigue repitiendo la historia.
Hasta qué punto un simple concejal tiene autoridad para poner multas por supuestos insultos a su persona e intentar cobrarlas en dinero, como ha hecho en otras ocasiones. Y esta vez, ante la negativa de pagarla de esa forma, mi tía termina en un juicio. ¿Encaja aquí el artículo 20 de la Constitución?-