González preparará el debate de política exterior con todos los grupos del Congreso

El presidente del Gobierno, Felipe González, iniciará una ronda de conversaciones con los portavoces parlamentarios de la oposición para intentar perfilar un acuerdo ante el debate sobre seguridad que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados a mediados del mes que viene, según revelaron ayer fuentes gubernamentales.

González esperará probablemente a que concluya el debate sobre los Presupuestos Generales para 1986 en la Cámara baja para invitar a los dirigentes de la oposición parlamentaria a acudir a la Moncloa e intercambiar impresiones sobre las propuestas que el Gobierno presentará en relación con la política exterior española y la colaboración de nuestro país en la defensa occidental.

En el citado debate, cuya fecha exacta de celebración depende de lo que se prolongue en el Pleno del Congreso la discusión de los Presupuestos Generales del Estado, que comienza el próximo martes, Felipe González defenderá la filosofía" en la que el Gobierno quiere enmarcar la pregunta del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.

La anterior vez que el presidente del Gobierno recibió en la Moncloa a los portavoces de la oposición en el Congreso de los Diputados fue el 30 de enero y el 1 y 2 de febrero de este año. En aquella ocasión las cuestiones de seguridad y política exterior centraron también las conversaciones, después de que el propio González hubiese expuesto en el debate del estado de la nación el decálogo de política exterior y expresado su deseo de llegar al más amplio consenso posible con la oposición.

El Gobierno y la OTAN

Desde finales del verano, miembros del Gobierno y los principales dirigentes del PSOE han aprovechado cuantas oportunidades se les han ofrecido para "explicar" de forma gradual los motivos del Gobierno para defender la permanencia de España en la OTAN, hasta llegar al reconocimiento por parte del propio González de la rectificación producida en su partido y en él mismo sobre la conveniencia de que España forme parte de la Alianza.En todos los casos, unos y otros han evitado perfilar sus declaraciones como una verdadera campaña. "En esta cuestión", reconocían, "la mejor campaña es no hacerla. Porque el Gobierno no quiere dar la sensación de que se mete al país en la OTAN a la fuerza. Por eso", agregaban con un argumento dirigido más bien a los países miembros de la OTAN, "es bueno que se celebre el referéndum porque es mejor que haya una aceptación popular que una decisión del Gobierno al margen de la sociedad".

Estas consideraciones han tenido como reflejo la rectificación del proyecto inicial de que el PSOE hiciese una campaña de mentalización sobre la permanencia española en la OTAN y que las declaraciones más comprometidas del propio Felipe González se hayan desplazado hacia el último trimestre del año, cuando la previsible fecha del referéndum se halla políticamente a la vista, dadas las vacaciones parlamentarias a lo largo del mes de enero.