Los dos agentes franceses que hundieron el 'Rainhow Warrior', condenados a 10 años
Los dos agentes de los servicios secretos franceses, el comandante Alain Mafart y la capitana Dominique Prieur, fueron condenados ayer en Auckland por el Alto Tribunal de Justicia neozelandés a 10 años de reclusión por homicidio involuntario e incendio criminal en el atentado perpetrado en el pasado mes de julio contra el buque Rainbow Warrior, perteneciente a la organización ecologista Greenpeace.
El presidente del Alto Tribunal, sir Ronald Davidson, les ha condenado a 10 años por la primera acusación, homicidio involuntario, y a siete por la segunda (incendio criminal), pero, según precisó, las dos penas se cumplirán al mismo tiempo.El juez, por otra parte, añadió que será preciso deducir de esta pena los cuatro meses de prisión preventiva que ya han cumplido los dos oficiales franceses.
Finalmente, sir Ronald Davidson rechazó la posibilidad que tenía de recomendar al poder Ejecutivo la expulsión a Francia del comandante Alain Mafart, de 35 años, y de la capitana Dominique Prieur, de 36.
Davidson definió el sabotaje contra el Rainbow Warrior como un condenable acto terrorista que constituyó una "violación de la soberanía nacional. El juez precisé que los dos agentes secretos franceses "planearon deliberadamente una acción de naturaleza terrorista, perpetrada por motivos de naturaleza política e ideológica".
No tolerará más actos
La sentencia, concluyó si Ronald Davidson, pretende dejar claro que Nueva Zelanda no quiere tolerar en su territorio actos de este tipo.El barco 'Rainbow Warrior', que estaba anclado en el puerto neozelandés, sufrió el 10 de julio pasado un atentado en el que murió el fotógrafo portugués, nacionalizado holandés, Fernando Pereira. El buque de la organización ecologista Greenpeace iba a iniciar una campaña contra los ensayos nucleares franceses en el Pacífico Sur.
Dos días después de producirse el atentado, una pareja francesa que decía llamarse Turenge era detenida por la policía neozelandesa, que la puso en libertad poco después. La pareja, sin embargo, fue detenida de nuevo al cabo de unos días y, tras ser identificados sus componentes como miembros de los servicios secretos franceses, eran acusados formalmente de complicidad en un asesinato, atentado con explosivos y posesión de documentación falsa.
El 7 de agosto, el presidente francés, François Mitterrand, ordenó que se abriese una investigación, de la que fue encargado el político gaullista Bernard Tricot.
En noviembre se abrió la vista preliminar del juicio contra los dos agentes secretos franceses. El fiscal rebajó por falta de pruebas la calificación previa de asesinato por la homicidio involuntario. Los falsos esposos Turenge se confesaron culpables, para de esta manera obtener la reducción de la pena.
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