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Las eléctricas prevén un dividendo del 8% neto anual durante los próximos cinco ejercicios

Las empresas eléctricas han remitido al Ministerio de Industria y Energía sus previsiones económicas hasta el año 1990, en las que anticipan una mejora significativa de su situación financiera si se cumplen las hipótesis que han previsto sobre incrementos de tarifas y suavización de la política actual de amortizaciones y tratamiento contable de las diferencias de cambios e intereses intercalarlos. Las empresas prevén una distribución de dividendos del 8% anual durante los próximos cinco años para el sector y ampliaciones de capital de una por cada 10 acciones, con el 30% liberado, como tónica general.

La remisión de las previsiones globales del sector para los próximos cinco años se realizó conjuntamente con la propuesta de acuerdo sobre el intercambio de activos que el ex ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, pidió el pasado diciembre al sector como parte de la estrategia gubernamental para equilibrar productiva y financieramente todas y cada una de las empresas. Para finales de esta semana, según apuntan fuentes solventes, está previsto que las empresas remitan conjuntamente sus previsiones individualizadas, empresa por empresa, para los próximos cinco años, tras lo cual se espera que el Gobierno se pronuncie y determine su política futura respecto al sector.El documento enviado al Ministerio de Industria y Energía presenta una de las radiografías del sector eléctrico más transparentes conocidas hasta la fecha, en palabras de un técnico empresarial consultado. El documento estima, en tres cuadros de previsiones realizadas por ordenador que lo acompañan, que el sector eléctrico, en su conjunto, es viable, y que muchas de sus actuales dificultades financieras se aliviarán en los próximos dos o tres años con una política adecuada de ingresos y amortizaciones y con una remuneración de los capitales propios, al menos en línea coherente, aunque inferior, con la de los ajenos.

Según datos extraídos del documento presentado, al que ha tenido acceso este periódico, el endeudamiento del sector apenas crecerá un 10% entre 1985 y 1990 (pasará de 3,6 billones a 4,1 billones de pesetas) si se cumplen las hipótesis planteadas. El crecimiento del endeudamiento será, en todo caso, un 50% inferior a las inversiones materiales reales acumuladas en el mismo período, que superararán el billón de pesetas. A este respecto, cabe recordar que están abiertas todavía las inversiones en varias centrales nucleares, tales como Trillo y Vandellós, aparte de otras menores.

Con una reducción importante del endeudamiento neto previsto para los próximos años, que coincide con un aumento de los recursos autogenerados del conjunto del sector, el dato más llamativo de la información enviada al ministerio quizá sea el importante peso que en 1985 tienen todavía los costes del capital (421.999 millones de pesetas) en relación a los ingresos, estimados en 899.000 millones de pesetas. Esta relación, porcentualmente, caerá sustancialmente en 1990, ya que los costes de capital en ese año serán de 490.334 millones de pesetas, mientras que los ingresos por todos los conceptos, excluidos los trabajos para el inmovilizado, alcanzarán los 1,2 billones de pesetas.

Hipótesis de demanda

Las hipótesis sobre las que se han realizado las proyecciones de ordenador suponen un crecimiento de la demanda de energía del 3% en 1985 y una media del 4% en los años siguientes, algo más de medio punto por encima de las previsiones del Plan Energético Nacional de 1983, que hablaba de crecimientos de la demanda del 3,3% acumulativo anual hasta 1992. La evolución del índice de precios al consumo (IPC) se estima en el 9% en 1985 8% para 1986 (cuatro puntos por debajo de las previsiones enviadas por Carmen Mestre, directora general de la Energía, en una primera comunicación a las empresas, mas tarde corregida de forma implícita); 7% en 1987 y 6% anual para 1989 y 1990.

El coste medio de la financiación nacional para el conjunto del sector se estima en un 16,5% en el ejercicio actual, para ir descendiendo paulatinamente del 15% en 1986 al 12,5% en 1990. En moneda extranjera se considera una evolución constante, basada en el 9% para el dólar, el 11,25% para la libra esterlina, el 4,6% para el marco alemán y el 7,5% para el yen.

Por su lado, los aumentos de tarifas previstos son del 10% para 1986, el 9% para 1987, el 7% para 1988 y el 6% para los dos años restantes. Es decir, se parte de incrementos de tarifas iniciales de dos puntos por encima de la inflación hasta igualar el incremento del IPC en los dos últimos años.

Las hipótesis sobre la evolución de las paridades de cambio se ajustan a cálculos medios de distintos organismos y pueden considerarse como normales. Calcula el cambio del dólar en este año para 1985 en 160 pesetas, hasta llegar a 180 pesetas en 1990. Parecidas evoluciones se prevén para el resto de las monedas, que suponen de hecho una devaluación pequeña pero constante de la peseta. "Para devoluciones, disposiciones y pago de intereses a lo largo de un determinado ejercicio el tipo de cambio utilizado es el medio entre el existente al inicio y al final de dicho ejercicio".

La nueva financiación prevista por el sector se calcula sobre una estructura basada en 2/3 en moneda nacional y 1/3 en moneda extranjera. Se contemplan ampliaciones de capital en la proporción de una por cada diez, con el 30% liberado, y a la nueva financiación en préstamos se le supone un ritmo de devolución por partes anuales iguales en un período de 10 años, con tres de carencia. Un dato importante es que no se han supuesto valores regularizados o actualizados de los activos, mientras que a todos los gastos se les supone una evolución igual al IPC. La distribución de dividendos se calcula sobre una media del sector estimada en el 8% neto o 9,76% bruto.

Principios contables

Los principios contables aplicados se basan en la media que utilizan las empresas. Así, "se considera como mayor coste del inmovilizado material el coste del dinero correspondiente a la financiación externa de las inmovilizaciones en curso hasta la fecha de entrada en explotación o de servicio de las mismas". "Las diferencias de valoración y/o cambio del endeudamiento genérico se capitalizan en obra en curso con los mismos criterios que los intereses intercalarios. Las no activadas en obra en curso se sanearán en el período de nueve años".

"Al coste de las instalaciones al 31 de diciembre de 1984, se les ha aplicado los coeficientes correspondientes basados en los años de vida útil que se indican a continuación, y además se ha considerado y eliminado el efecto de alargamiento de la vida útil producido por la actualización de 1983. La vida útil de las centrales hidráulicas se estima en 45 años; las térmicas y nucleares, en 30; la transmisión, en 30, y la transformación y distribución, en 30".

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