Entre el rumor sí y el rumor no

Los mercados de valores continúan manteniendo un impresionante tira y afloja entre una serie de temores, más o menos fundados, y la tentación de dejarse llevar por la aparente sabiduría de un dinero que, en volúmenes relativamente cortos, sigue apostando por la subida libre. A juzgar por los acontecimientos, y dentro de lo que suele ser tradicional, la posibilidad de una subida con los beneficios que acarrea lleva las de ganar, y así, ayer eran varios los mercados que situaban sus índices en nuevas cotas máximas anuales.Junto con los rumores sobre el sí o el no de los dividendos eléctricos que, si bien ya han producido algunas diferencias importantes entre los distintos valores del sector, se ha comenzado a jugar la esperada baza de las ampliaciones de capital dentro de este mismo grupo, y tal vez haya sido la certeza de que se están produciendo movimientos en este sentido lo que ha llevado a la recuperación, a veces fulminante, de posiciones, mejorando con ello sensiblemente la situación y el ambiente, con lo que parecen casi olvidados los anteriores miedos hacia los posibles recortes de los dividendos.

Cuando todo marcha bien en el sector eléctrico, las posibilidades de que el resto de los grupos muestren cierta inclinación hacia los resultados positivos aumentan considerablemente, porque lo que no es de extrañar que la mayoría de los valores industriales hayan reforzado o corregido su anterior tendencia, destancando nuevamente los componentes del sector de alimentación, cuyas dificultades parecen resumirse en que no encuentran el momento de detenerse.

También la caja de las grandes instituciones bancarias se ha mostrado optimista, proporcionando a éstas la posibilidad de realizar nuevos avances, aunque parece que la prudencia se impone y no se quiere tentar a la suerte con unos beneficios conseguidos con excesiva rapidez.

El dinero, por su parte, continúa encontrando excelentes alternativas en el corto plazo, al haberse situado, al parecer definitivamente, los tipos de interés de los pagarés del Tesoro negociados en bolsa, con un pacto de recompra de una semana, por encima del 10% anual, al ejecutarse 8.121 millones de pesetas con unos tipos de interés anuales entre el 10,125% y el 10,750%, con lo que se consolida esta tendencia del dinero bien pagado a corto plazo, ante la estabilidad que continúa mostrando a medio y largo, aunque en la jornada de ayer no se realizaron operaciones a tres meses, y las pocas que se hicieron a un mes marcaron unos tipos entre el 8,519% y el 10%.

La rentabilidad vuelve a ser, pues, la piedra de toque, tanto para la renta variable como para los pagarés, y dentro de la alternativa que ofrece mayores riesgos todo vuelve a centrarse en los valores eléctricos y, más concretamente, en sus problemas internos. No hace falta decir que, hasta ahora, los inversionistas parecen confiar en una resolución favorable de este tema y han comenzado a apostar por el futuro inmediato con posibilidades de desgravación incluidas.