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RELIGIÓN

"El sínodo ya ha empezado", según el teólogo González Ruiz

Juan Arias

En vísperas del sínodo extraordinario, la bomba lanzada por los jesuitas, con el editorial de Civiltá Cattolica sobre el peligro en la Iglesia de papolatría, ha servido para calentar los ánimos. Teólogos como el español José María González Ruiz, que sufren de una cierta ansiedad en la vigilia de este sínodo, han acogido con esperanza el gesto de los jesuitas. "Es la de mostración", dice González Ruiz, que está estos días en Roma tomándole el pulso al clima vaticano, "de que el sínodo ya ha empezado, y seriamente, porque el editorial es completamente ortodoxo, pero también revolucionario y profundo".El teólogo español había participado en las cuatro sesiones del concilio como parte del grupo de investigación teológica española, y tuvo la satisfacción de que su obra Fundamentos bíblicos para una teología del mundo fue usada por el difunto cardenal Mayer, entonces arzobispo de Chicago, para la introducción del famoso esquema XIII, o Gaudium et spes, hasta el punto de que frases enteras de su libro pasaron al importante documento literalmente.

González Ruiz no esconde una cierta preocupación ante el sínodo: "Para mí me bastaría, como en el chiste de la enferma de Lourdes a quien se le resbalaba rampa abajo el cochecito de inválida, que el concilio se quede como es ahora, porque el peligro es que acabe siendo canonizado o divinizado por el sínodo para después arrinconarlo o jubilarlo".

El Papa había dicho en Holanda que el concilio ha sido mal interpretado y aplicado. González Ruiz no se lo cree: "Si acaso lo habrán interpretado mal los que no lo han leído nunca y lo han aplicado mal quienes lo rechazaron desde el principio. En la Iglesia hay cosas que no van bien a derechas y a izquierdas, pero nada tiene ello que ver con el concilio".

En cuanto al sínodo, el teólogo español José María González Ruiz piensa que podría ser positivo si de él saliera la propuesta concreta de preparar un nuevo concilio ecuménico, el Vaticano III. Piensa que hoy el mundo corre con gran aceleración. "Los jóvenes de hoy", dice, "son ya distintos de los de 1980. Éste es un mundo en el que las noticias se conocen en todo el planeta en el espacio de 24 horas. Por eso los problemas envejecen en seguida y otros nuevos brotan continuamente. Y la Iglesia no puede permitirse perder el tren de la historia".

Diálogo y lenguaje

¿Cuáles podrían ser los temas de un nuevo concilio? Según González Ruiz, en primer lugar el del diálogo en el interior de la Iglesia: "El concilio", dice, "lanzó el gran diálogo de la Iglesia con el mundo, pero se dejó en el tintero el delldiálogo dentro de la Iglesia. Y no es posible que los católicos defiendan la democracia política para los demás y después la rechacen en su misma casa".Otro problema, según el teólogo español, sería el del lenguaje: "No sabemos hablar a la gente con su lenguaje, y si alguien lo hace, la Iglesia lo condena como superficial o peligroso. Pero, sobre todo, están los grandes temas de la vida, que la Iglesia ha olvidado un poco. Como el problema de la condena total de todo lo que significa la muerte. El aborto, pero también la pena de muerte, el exterminio por hambre, la condena de todo tipo de guerra y de guerrilla. Si no, la Iglesia no sería creíble cuando defiende el derecho a la vida antes de nacer".

"Es curioso", añade, "que hoy el aborto lo defienden los de izquierdas, cuando debería ser una bandera de la derecha, es decir, de los que defienden también la pena de muerte, las dictaduras y las armas".

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