Los 'verdes' en el Gobierno
LA NOTICIA de que el Partido Verde ha decidido entrar a formar parte del Gobierno regional del Estado de Hesse, en una coalición dirigida por el Partido Socialdemócrata (SPD), ha causado cierta sorpresa. Es la primera vez que esto sucede. Los verdes se siguen autocalificando de partido-antipartido y su fundación se hizo a partir de movimientos sociales, ecológicos, pacifistas y de barriada, que habían surgido en gran parte cómo protesta contra la rutina de los partidos tradicionales, crecientemente alejados de las preocupaciones sentidas por los ciudadanos. Pese a esto, desde que han empezado a cosechar éxitos electorales importantes, en los ámbitos locales, en los regionales, en el Parlamento de Bonn, e incluso en el de Estrasburgo, cientos de militantes verdes han pasado a ocupar cargos en la estructura del poder. Con ello han tenido que decidir si otorgaban, o no, sus votos a soluciones reformistas y han contribuido por tanto al funcionamiento de un sistema de gobierno que dicen querer eliminar.En el congreso del Partido Verde celebrado hace poco menos de un año en Hamburgo dos posiciones se enfrentaron en un debate tenso: los fundis (fundamentalistas) exigían el rechazo, no ya de la participación en Gobiernos regionales, sino de cualquier negociación con el SPD para facilitar con los votos verdes la existencia de Gobiernos minoritarios de izquierda. En el otro lado, los realos (realistas), encabezados por el que será pronto ministro del Gobierno de Hesse, Joschka Fisher, se mostraban partidarios de emplear la fuerza electoral y parlamentaria del Partido Verde para derrotar posiciones reaccionarias y propiciar, al menos en zonas locales y regionales, Gobiernos de socialdemócratas. Las conclusiones del congreso de Hamburgo han hecho posible, ahora, la experiencia de participación gubernamental en el Estado de Hesse. Y no porque los realistas triunfasen en aquella reunión, sino porque el congreso consideró que no debía zanjar las diferencias entre las dos facciones. Lo típico de los verdes, se afirmó, es precisamente su diversidad, el encuentro en una lucha común partiendo de posiciones que van desde las más cercanas a la izquierda del SPD hasta las libertarias, contrarias al Estado y a cualquier autoridad. Esta es la razón de que el congreso de Hamburgo dejara en manos de los órganos locales las eventuales oportunidades de colaboración. En Hesse, el congreso verde de la región ha decidido aceptar las propuestas del SPD. Joschska Fisher será ministro del Medio Ambiente, y se investirá además como subsecretarios a otros dos correligionario s suyos: Kerchgens en el Ministerio de Medio Ambiente, y Marita Haibach en el de la Condición Femenina.
Con la aceptación de estos nombramientos puede decirse que empieza una nueva etapa en la andadura del grupo verde. Lo que ocurra en Hesse va a influir no sólo sobre las luchas internas en el seno de este partido, sino a la vez sobre el desarrollo de la izquierda en la RFA en un futuro próximo. En los últimos tiempos, dentro del SPD ya se ha producido un fuerte debate sobre la actitud que convenía adoptar ante los progresos electorales de los verdes. Antes de las elecciones de 1983, Willy Brandt lanzó la idea de una mayoría "a la izquierda de la democracia cristiana", lo que abría la perspectiva de una colaboración con el partido ecologista.
Los esfuerzos actuales del SPD prestan su atención preferente a recuperar una parte del electorado de clase media, decepcionado por las incoherencias y la incapacidad. del canciller Kohl ante los problemas del país. Johannes Rau, que será con toda probabilidad el candidato socialista a la Cancillería en las futuras elecciones, es un firme postulante de esta actitud. Él mismo se ha apresurado a declarar que la experiencia de Hesse no se repetirá en ningún otro lugar de la RFA. Sin embargo, sería ingenuo considerar sus palabras como un pronóstico seguro. Durante mucho tiempo el dirigente socialista de Hesse, Holger Boerner, fue particularmente duro con los verdes, y ahora acaba de abrirles las puertas del Gobierno como forma de sostenerse en el poder. Si la cooperación iniciada aquí fracasa es previsible que se refuerce la tendencia de los verdes fundis, partidarios del aislamiento y la pureza. Lo que conllevaría, de paso, un posible reforzamiento del sector del SPD partidario de una política centrista. En caso contrario, si la colaboración gubernamental obtiene resultados positivos, aun en cuestiones limitadas, es posible que se consolide la tesis de Willy Brandt: una evolución hacia la izquierda de la socialdemocracia alemana.
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