Las conversaciones hispano-norteamericanas sobre la reducción de bases estadounidenses concluyeron sin acuerdo

España y Estados Unidos concluyeron ayer sus primeras conversaciones sobre la reducción de los efectivos norteamericanos en España sin más acuerdo que el de volver a reunirse el próximo mes de diciembre. Ambas partes, según el comunicado conjunto -cuya elaboración consumió la segunda de las dos conversaciones celebradas-, se comprometieron a aportar informes sobre la cooperación de ambos países al la defensa occidental, tema sobre el que versó ya esta primera ronda de conversaciones. Fuentes diplomáticas españolas afirmaron que no se prevé que en los próximos meses comience la renegociación del convenio hispano-norteamericano, que expira en 1988.

"La ventana está abierta", afirmó una cualificada fuente diplomática española al final de las dos horas y media de reuniones de ayer. Era ésta la tercera vez que fuentes españolas anunciaban que los norteamericanos estaban dispuestos a negociar su presencia militar en España, de acuerdo con el punto tercero del decálogo sobre seguridad y defensa expuesto por el presidente del Gobierno español, Felipe González, hace un año.La primera fue a finales del pasado mes de julio, cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, dijo que se iban a abrir negociaciones con Estados Unidos tras entrevistarse en Helsinki con su homólogo norteamericano, George Shultz. La segunda fue cuando el portavoz del Gobierno, Javier Solana, subrayó que se había alcanzado un acuerdo al respecto con el Gobierno estadounidense, después de que González recibiera a Shultz en Nueva York el mes pasado.

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Tuentes diplomáticas españolas destacaban ayer la importancia del penúltimo párrafo de la declaración conjunta hecha pública ayer, tras la segunda de las reuniones, por el director general de la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias.El párrafo en cuestión rezaba que "España analizará la contribución española a la seguridad europea y occidental y sus implicaciones sobre la presencia militar norteamericana en España". Este enunciado, según las fuentes diplomáticas españolas, daba a entender el reconocimiento de ambas partes al inicio de negociaciones sobre la reducción de los efectivos norteamericanos.

Al margen de los matices que fuentes diplomáticas españolas encontraban en el comunicado conjunto hispano-norteamencano de ayer, el texto se limitaba a reiterar los deseos de ambos países de "elaborar una serie de estudios" sobre "la contribución de las fuerzas norteamericanas estacionadas en España a la seguridad europea y occidental y las necesidades resultantes, teniendo en cuenta la actual participación española" y "la contribución española a la seguridad europea y occidental y sus implicaciones sobre la presencia militar norteamericana en España".

El estudio de la cooperación conjunta de ambos países de cara a la seguridad europea y occidental era, precisamente, el tema sobre el que versaban las conversaciones hispano-norteamericanas que ayer concluyeron en Madrid. En el comunicado hecho público ayer no se utilizaba en ningún momento la palabra negociación ni se aludía, de forma expresa, a los deseos del Gobierno español de reducir la presencia militar norteamericana en España.

Fuentes diplomáticas españolas afirmaron ayer tarde, por otra parte, que no está prevista en los próximos meses la apertura de las negociaciones sobre el convenio hispano-norteamericano sobre las bases. Este convenio, que expira en mayo de 1988, se ha comenzado a negociar, en otras ocasiones, un par de años antes de la fecha de la firma de su renovación. Las mismas fuentes reiteraron lo dicho ya por Felipe González en Washington, el mes pasado, sobre que en ningún caso se tomarán decisiones antes de que se celebre el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.

Estas mismas fuentes hicieron público su malestar, en días pasados, por las informaciones dadas a conocer por fuentes diplomáticas estadounidenses en el sentido de que España aún no había dado a conocer formalmente su interés en negociar la reducción de bases norteamericanas.