La policía de Madrid comienza el desalojo de la Casa de Correos en la Puerta del Sol

El jefe superior de Policía de Madrid, Antonio Garrido, y sus más directos colaboradores, entre ellos los responsables de Prensa, abandonan hoy sus oficinas de la Puerta del Sol para trasladarse a otras situadas en el número 19 de la calle de Leganitos. El traslado de la cúspide policial madrileña es uno de los pasos más importantes en la operación de sustitución de los actuales ocupantes del histórico edificio de Sol por el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Desde la pasada década de los 40, el jefe superior de Policía de Madrid tenía su despacho en el edificio que hoy deja definitivamente.

El pasado 21 de diciembre, el Ministerio del Interior y la Comunidad de Madrid firmaron un acuerdo por el cual la primera institución cedía a la segunda la antigua Casa de Correos. En los últimos meses se han realizado obras de limpieza y saneamiento de la fachada, y en los próximos días van a comenzar las de reestructuración de interiores. Ése es el motivo del urgente traslado de Antonio Garrido y sus colaboradores al edificio policial de la calle de Leganitos, que ya albergaba importantes servicios de la Jefatura Superior de Policía.

En la Puerta del Sol permanecen aún las brigadas regionales de Policía Judicial, Seguridad Ciudadana e Información, las brigadas centrales de Estupefacientes e Información, y el Gabinete Central de Identificación. Estos servicios irán abandonando el edificio en los próximos meses.

Edificio histórico

El inmueble de la Puerta del Sol fue construido en 1768 como Casa de Correos. Luego fue sede del Ministerio de la Gobernación, y desde el fin de la guerra civil, de la Dirección General de Seguridad. Desde entonces los madrileños lo conocen popularmente como la DGS.Por los sótanos de Sol, donde están los calabozos, han pasado Simón Sanchez Montero, Javier y Luis Sol lana, Marcelino Camacho, Ramón. Tamames y muchas otras personalidades de la oposición antifranquista. El edificio está considerado el kilómetro cero de las carreteras de España y ante el reloj de su torre se congregan cada 31 de diciembre miles de personas que festejan el nuevo año.