España está en condiciones de ser el país más atractivo de Europa para la inversión extranjera

ENVIADO ESPECIALLa entrada en el Mercado Común Europeo permitirá a España desarrollar plenamente su enorme potencialidad, objetivamente muy superior a la de la mayoría de los países europeos, según se puso de manifiesto en el seminario que sobre la integración de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) tuvo lugar la semana pasada en Nueva York, bajo el patrocinio de la Cámara de Comercio hispano-norteamericana. Para Antonio Garrigues Walker, España está en condiciones de ser el país europeo más atractivo para los inversores extranjeros, desde el punto de vista de perspectivas de crecimiento y de capacidad económica.

Una vez más el viejo tópico de que España se ve mejor desde el exterior que desde dentro, se hizo de nuevo realidad en este acto, destinado a presentar ante inversores y empresarios norteamericanos los efectos que la entrada en la CEE supondrá para la economía española y las empresas nacionales y multinacionales.

Ante un público compuesto al 50% por ejecutivos de nivel medio de firmas españolas exportadoras y de multinacionales norteamericanas afincadas en España, el secretario de Estado de Comercio, Guillermo de la Dehesa, señaló que a corto plazo (12 ó 18 meses) la entrada en la CEE tendrá un efecto negativo en términos de balanza comercial, debido a una serie de factores como el descenso de las exportaciones españolas motivado por la desaparición de la desgravación fiscal y del crédito a la exportación; el aumento de los precios achacable a la introdución del IVA, y el incremento de las importaciones españolas a consecuencia de la desaparición de una larga serie de trabas aduaneras (contingentes, aranceles, licencias de importación, etcétera), cuya desaparición convertirá al mercado español, actualmente protegido, en otro libre y competitivo.

A medio plazo, sin embargo, De la Dehesa considera que hay una serie de factores que hacen que el impacto de la integración pueda tornarse en favorable, básicamente a causa del aumento de la competitividad de las exportaciones españolas y su acceso a un mercado casi diez veces superior al español.

Para el resto de los oradores, el ingreso de España en la CEE se plantea como una ecuación entre las ventajas su supondrá el espectacular tamaño del mercado que se abre para los productos españoles y el paralelo aumento de la competencia a todos los niveles. De esta ecuación, según Manuel Guasch, presidente de Fasa Renault, no saldrán sectores afectados de una forma global, sino empresas individualizadas, aquéllas que no sean capaces de adaptar su producción al calibre del nuevo mercado, que no hagan un esfuerzo comercial a tono con la nueva situación, y que carezcan de vocación de competir. "La clave para la superviviencia de la empresa española estará en su tecnologíaa y en la tecnología de su producto", manifestó Manuel Guasch.

Para Eduardo Punset, ex ministro de Relaciones con la CEE, la experiencia de los procesos de liberalización de 1959 a 1970, demuestra que a cada esfuerzo de apertura al exterior, sucede un período de más rápida expansión e innovación por parte de la sociedad española.