Los médicos y la donación de órganos

La mañana del 9 de mayo tuve la desgracia de tener que confiar la vida de mi hija a las indignas manos de unos médicos, víctima de una hemorragia cerebral. A medianoche me confirmaron su muerte cerebral, al propio tiempo que con una despiadada falta de humanidad y comportándose como buitres tuvieron el vergonzoso atrevimiento de plantearme el derecho que según ellos tenían, de acuerdo con la ley, para la extracción de todos los órganos de Cristina, si ésta no había dejado constancia escrita de lo contrario.¿Cómo es posible cometer semejantes abusos con las personas en situaciones tan dolorosas, desvirtuando cínicamente la existencia de leyes que dejan bien claro que sólo y únicamente ellos tienen la obligación de garantizar que los ciudadanos que ingresan en el hospital, así como sus familiares, tengan pleno conocimiento de las mismas? (artículo 72, capítulo II BOE número 63, 13-3-80 y artículo 10 BOE 158/150 del 2 y 3-7-80). ¿Con qué derecho me hicieron pasar dos insoportables días el calvario de unas incesantes presiones y chantajes morales, sin tener en cuenta para nada el dolor de la pérdida de nuestra hija, si consultando el libro registro oficial de voluntades, que ha de existir en el hospital a disposición de todos, ya bastaba? (Artículos 8 y 9 BOE. 158 y 159 del 2 y 3-7-80).

¿Qué derecho moral les asistía para tratar de sensibilizamos sobre el tema cuando ellos ni siquiera habían tenido la dignidad profesional de dar la cara y explicarnos de una forma clara y veraz su actuación durante el proceso de asistencia a mi hija, hasta su muerte?-