Ripa di Meana: "La CEE debe reconocer la cultura como materia de interés comunitario"
Carlo Ripa di Meana, socialista italiano de 55 años, residente en Venecia, periodista y ex parlamentario europeo, es ahora el comisario de la Comunidad Económica Europea (CEE) para la cultura. Ripa di Meana hizo ayer un fugaz viaje a Madrid para participar en el acto de inauguración de El espacio cultural europeo. El Mercado Común nació por el Tratado de Roma en 1957 con la finalidad de defender unos intereses comunes fundamentalmente económicos. La batalla de Carlo Ripa di Meana es la de conseguir que los países de la CEE amplíen ahora sus competencias e incluyan a la cultura como materia comunitaria."En la conferencia de Luxemburgo del 9 de septiembre propusimos la revisión del tratado para incluir la cultura como competencia comunitaria", dice Ripa di Meana. "Se volverá a tratar este tema el próximo lunes, 21 de octubre, en Luxemburgo, y posteriormente, a finales de noviembre. Si esta propuesta es aceptada -yo confío en ello-, la gestión cultural será más fácil. Ahora, al no ser materia comunitaria, con la oposición de un solo país se puede paralizar cualquier iniciativa".
Pregunta. ¿La CEE ha hecho o está haciendo poco por la cultura?.
Respuesta. Sí. No obstante, en los tres últimos años ha empezado a funcionar lo que podría ser un embrión de política cultural. Pero dentro de la CEE hay una fuerte e incluso encontrada oposición, como son los casos de Dinamarca y, en parte, Gran Bretaña. Oposición en base a que la cultura no es materia comunitaria y en base también a que la cultura no necesita una política, sino que es un producto espontáneo. Dinamarca, además, desearía estar abierta a otros países escandinavos, como Suecia o Noruega, que no pertenecen al Mercado Común. Dinamarca también teme que una pequeña identidad cultural como la suya quede sepultada por una cultura más estructurada, digamos como la alemana o la italiana. Gran Bretaña opina, por su parte, que la cultura es una industria, y que ésta, dentro de un sistema de libre mercado, no debe recibir subvenciones. Todavía hay otra reserva en contra de la cultura dentro de la CEE, y es la de la República Federal de Alemania, cuya Constitución deja en manos de las regiones la política cultural. La cultura no es responsabilidad federal (es una consecuencia del rechazo a la política cultural del nazismo). Alemania es, además, la gran costeadora del Mercado Común y cree que la cultura le va a costar más dinero todavía.
La batalla del 1%
P. Usted está luchando, de momento, por obtener el 1% del presupuesto de la CEE para cultura, como pidieron ya los intelectuales reunidos el año pasado en Venecia.
R. Sí, es un objetivo a defender. Ésa es una dura batalla en la que está volcado el ministro francés de Cultura, Jack Lang. Destinar el 1% del presupuesto a la cultura sería una política deseable para todos los países. Pocos destinan esa cantidad.
P. De momento, el Mercado Común destina sólo el 0,07% de su presupuesto a la cultura, o sea, 20 millones de ECU aproximadamente (unos 2.620 millones de pesetas).
R. No, ahora es menos todavía. Es el 0,04%.
P. ¿Cuáles son los primeros objetivos, de una política cultural europea?
R. Uno de los primeros es conseguir que la programación televisiva y la futura televisión por satélite se sostengan en buena parte a base de la producción creativa europea, de manera que no se limite a ser una reproducción de programas importados. Europa debe organizarse para hacer grandes producciones, para lo cual es urgente la financiación y la gestión.de la tecnología necesaria. La intervención en este sentido puede tener repercusiones indirectas, por ejemplo, en el cine.
Otro punto importante es el del patrimonio cultural, monumental y artístico. Hay que luchar por su conservación y facilitar el acceso y circulación de las obras. Los grandes tesoros que tiene Europa están en muchos casos infrautilizados y son inaccesibles. La constitución de una biblioteca europea, como expuso Lang en Francfort recientemente, es otro de nuestros objetivos. La aplicación de la tecnología para una mayor especialización universitaria o la creación de una agencia de prensa europea independiente y multilingüe, que realice también programas télevisivos de noticias, son otros puntos que nos interesan.
P. En cualquier caso, parecería que Europa quiere utilizar la cultura como una materia prima una de las pocas que le quedan- para lanzar al mercado productos competitivos.
R. Sí, sí. Europa tiene una gran riqueza y dispone de una gran especialización. ¿Cuál es, entonces, el punto débil? Que cada uno se mostraba demasiado celoso de su individualidad. Para defenderse de esos grandes espectáculos, de esa tecnología, de todos esos productos tan competitivos que otros han hecho, nuestro cine, nuestra televisión o nuestra industria editorial han intentado reorganizarse a nivel nacional, de forma que hemos ido perdiendo terreno. Así que no sabemos ahora cuántos años tardará nuestro cine en despeñarse definitivamente,.
Babelia
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