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Maniobras políticas para impedir el referéndum sobre la OTAN

Varios movimientos y presiones políticas se han puesto en marcha recientemente para impedir que se celebre el anunciado referéndum sobre la OTAN. El Gobierno, por su parte, mantiene oficialmente su posición de celebrar la consulta, según confirmaron ayer a EL PAÍS en la oficina del Portavoz.

La escasa información facilitada tras el encuentro de Felipe González con el líder de la oposición, Manuel Fraga, así como el sigilo con que se desarrolló su entrevista de ayer con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, en contra de la celebración del referéndum, y la constancia de las presiones internacionales sobre el Gobierno de Felipe González en este mismo sentido, han contribuido a crear en los ambientes políticos un cierto clima de confusión.Los rumores y contrarumores sobre la celebración del referéndum están creando una sensible confusión, que resulta aumentada por las declaraciones de algún miembro del Gobierno, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, que insiste en la inconveniencia de que se celebre la consulta popular anunciada.

También relevantes miembros del PSOE, como el secretario general de Vizcaya, Ricardo García Damborenea, han opinado públicamente, en los últimos meses, que "existe el riesgo" de que a consulta popular no llegue a celebrarse.

Frente a ello, la tesis oficial de los socialistas es que el referéndum sí tendrá lugar, en las fechas prefijadas; el propio Felipe González, en su improvisada conferencia de prensa el pasado jueves, tras su entrevista con Manuel Fraga, recalcó que "no existe ninguna variación" sobre el tema.

Entre las posibilidades que se barajan para una posible no celebración del referéndum, figura la disolución de algún Parlamento autónomo, lo que obligaría a la inmediata convocatoria de elecciones, haciendo así imposible que el Gobierno central pudiera cumplir con el requisito constitucional de que entre dos llamadas a las urnas exista al menos un plazo de tres meses. A las elecciones gallegas, que se celebran en noviembre, deben seguir, según los planes previstos, el referéndum sobre la OTAN, las elecciones andaluzas y las elecciones generales.

Fuentes políticas han manejado la posibilidad de una crisis en el Parlamento canario, o bien, hipótesis que se ha visto reforzada últimamente, la disolución del Parlamento catalán para provocar la consulta electoral. Cualquiera de estas decisiones impediría técnicamente el referéndum sobre la OTAN.

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Fraga y González hablaron sobre la OTAN en su entrevista

Viene de la primera páginaLas fuentes de Alianza Popular consultadas ayer acerca de si Felipe González había reiterado, en su entrevista del jueves con Fraga, su voluntad de seguir adelante con la celebración del referéndum, se mostraron extremadamente cautelosas y reservadas. Fraga, que se trasladó a Galicia ayer por la mañana, no había transmitido aún anoche a sus socios de la Coalición Popular el resultado de su encuentro con el presidente del Gobierno. También el portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca, que mantuvo la semana pasada un conversación a solas con Felipe González a bordo del avión presidencial que les trasladó a ambos desde Washington a Madrid, se muestra muy reservado, informan

Para abonar la tesis de que finalmente se celebrará la consulta popular, fuentes del PSOE informaron ayer de que el presidente del Gobierno, Felipe González, tiene previsto viajar a Viena el próximo día 17 para clausurar la reunión de la Internacional Socialista (IS) sobre desarme y seguridad a la que han sido invitadas personalidades no socialistas y en el que el presidente de la IS, Willy Brandt, ha cedido a González el principal protagonismo. El encuentro, que tiene por objeto la discusión de cuestiones relacionadas con la política de seguridad y desarme, culminará en un acto público en pro de la distensión, y es en este acto donde Felipe González tiene reservada la intervención más destacada. Con ello se quiere significar que el presidente del Gobierno español aprovechará cualquier oportunidad para hacer campaña sobre las tesis oficiales en relación con la OTAN. González hará todo lo posible por acudir a Viena y, por tanto, para que no se prolongue más de dos días el debate sobre El estado de la Nación.

Entre tanto, el PSOE no ha puesto todavía en marcha su prevista campaña de persuasión sobre la conveniencia de que España permanezca en al Alianza Atlántica; medios socialistas argumentan que "no está previsto desarrollar una campaña propiamente dicha", sino más bien un goteo de declaraciones y acontecimientos que muestren la conveniencia y las ventajas de continuar en la OTAN.

La Ejecutiva federal del PSOE no ha aprobado todavía el documento sobre paz y seguridad en España, si bien éste parece encontrarse ya ultimado e incluso a punto de ser distribuido entre los miembros de la dirección del partido para su estudio. En el texto del documento no se contienen, al parecer, referencias concretas al referéndum.

Indicios

La posibilidad de una crisis en una autonomía española que impediría la celebración del anunciado referéndum sobre la OTAN fue barajada la semana pasada, en Washington, con motivo de la visita de Felipe González y llegó a oídos de la Administración norteamericana, según pudo saber EL PAÍS de fuentes estadounidenses.

El presidente del Gobierno español, sin embargo, confirmó allí en un discurso público y, en privado a la Administración estadounidense, que continúa adelante con sus planes de celebrar la consulta. EE UU ha manifestado su satisfacción por el resultado de las conversaciones mantenidas con Felipe González durante su visita privada, en la que charló unos minutos con Ronald Reagan.

Políticos españoles de la derecha y el centro que participaron recientemente en un seminario sobre la transición española a la democracia, celebrado en el Wilson Center de Washington, sugirieron a funcionarios norteamericanos que podría no tener lugar el referéndum si algún Parlamento autonómico, entre ellos se citó concretamente el catalán, fuera disuelto en las próximas semanas. Esta semana, un portavoz del Departamento de Estado preguntó al corresponsal de EL PAÍS, Francisco G. Basterra, cuál era su opinión sobre la viabilidad de una operación política en este sentido. Al seminario del Wilson Center asistieron, entre otros, Miquel Roca y Miguel Herrero de Miñón, así como Luis Solana, un socialista que se ha mostrado públicamente contrario a la celebración del referéndum. El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, se mostró partidario, en privado, de aceptar cualquier idea o realizar cualquier sacrificio que obviara el referéndum. La Administración estadounidense mantiene aún algunas dudas sobre la definitiva celebración de la consulta, aunque admite que Felipe González le ha comunicado que habrá referéndum.

El presidente del Gobierno español afirmó, en el discurso de clausura del seminario del Wilson Center, que el referéndum "no sólo es un compromiso electoral, sino un camino adecuado". Añadió que el pueblo español "nuevamente sabrá tomar la decisión más sensata y rechazará, cualquier aventura". La posibilidad de que finalmente no se celebrara la consulta sobre la OTAN no quiso ser comentada ayer por el Departamento de Estado. El referéndum fue uno de los asuntos tratados por Felipe González en sus entrevistas con el secretario de Estado, George Shultz, en Nueva York, y con el vicepresidente, George Bush, en la Casa Blanca.

Solución desacertada

Fuentes norteamericanas dijeron que Washington había explicado "con claridad" en las entrevistas con González, su posición sobre el referéndum, que considera una solución desacertada para plantear cuestiones de seguridad nacional. También le fueron explicados los costes políticos que puede tener consigo una consulta de este tipo. Sin embargo, al menos públicamente, la Administración de EE UU mantiene una posición de exquisito respeto por una decisión de soberanía interna española.

González explicó por su parte los motivos que tiene para celebrar el referéndum y las causas de política interna que explican su decisión. Una fuente del Departamento de Estado no quiso decir si el primer ministro español había pedido "ayuda" a Washington sobre las cuestiones de la presencia militar estadounidense en nuestro país, que España quiere reducir, por sus eventuales efectos sobre el referéndum. Pero confirmó que: "Se han entendido las explicaciones de política interior que nos ofreció el presidente español".

No se descarta en Washington la posibilidad de que un gesto de ayuda podría ser la recomendación norteamericana a la derecha española de que cambiara su actual actitud negativa y abstencionista sobre el referéndum.

Por su parte, el Gobierno británico ha mantenido siempre una posición oficial de neutralidad en tomo al referéndum sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica y ha reiterado en repetidas ocasiones que la decisión corresponde al pueblo español. Londres ha tenido un cuidado exquisito en sus declaraciones oficiales para evitar cualquier referencia al tema que pudiera ser interpretada como injerencia en los asuntos internos de España. Sin embargo, en privado, funcionarios británicos han mostrado repetidamente su preocupación por las consecuencias que una retirada española de la Alianza podría tener para el futuro de la organización.

El temor de que el recurso a la consulta popular siguiendo el modelo español pudiera extenderse a otros países de la Alianza ha sido siempre subrayado por funcionarios británicos.

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