_
_
_
_
_

Localizado con vida un niño de nueve años entre los escombros del terremoto de México

Un niño de nueve años, Luis Ramano Ramón Nafarte, fue localizado con vida bajo toneladas de escombros dos semanas después del terremoto que asoló la capital mexicana y costó la vida a miles de personas y destrozó más de 1.000 edificios. Sin embargo, hasta la mañana de ayer los equipos de rescate todavía no habían conseguido sacar al niño.

Al pasar junto a las ruinas de un edificio del centro de la capital, unos policías oyeron ruidos, que atribuyeron a las ratas o a un gato que se movía entre los escombros. Los ruidos siguieron, y llamaron a los equipos de rescate, que pidieron a gritos que si allí había alguien, diese dos golpes. Desde toneladas de escombros llegó a la superficie un toc-toc. Se trata del niño Luis Ramano Ramón Nafarte, que había quedado sepultado el día del terremoto junto con su abuelo. Empezaron febrilmente las tareas de rescate, que duraron toda la noche del miércoles al jueves, pero hasta la mañana de ayer no se había logrado rescatar al niño, ya que los trabajos eran sumamente difíciles.México sigue temblando. La ciudad no cesó de moverse desde el pasado día 19. Ayer, a las nueve de la mañana, hora local (cuatro de la tarde, hora peninsular española), volvió a sentirse un temblor. El nerviosismo de muchos habitantes de la capital, incluso el miedo, es palpable. Todos hablan de trastornos psicológicos, hasta el punto de que la Prensa publicó ayer una página entera con un anuncio de la Comisión Metropolitana de Emergencia sobre un programa de salud mental relacionado con el desastre.

En conversaciones con conocidos, muchos se quejan de sufrir pesadillas por la noche; otros hablan de exiliados residentes en México que han decidido marcharse del país. La esposa de un periodista recuerda con horror que padeció varios minutos de amnesia y se olvidó incluso de que había ocurrido un terremoto. A través de la televisión se dan consejos sobre cómo afrontar el problema con los niños y se recomienda que los pequeños jueguen al terremoto, quizá para conseguir un efecto catártico.

Las complicaciones derivadas del terremoto con influencia sobre la vida cotidiana son continuas. Desde los que han perdido su trabajo -como unas 40.000 modistas que trabajaban en talleres destruidos- hasta el que no puede cobrar su nómina quincenal porque los documentos quedaron enterrados bajo los escombros.

Por otra parte, con motivo del 17º aniversario de la matanza de Tlatelolco, ocurrida en 1968, varios grupos de izquierda convocaron a una manifestación el miércoles por la tarde. En estos momentos, con los edificios cercanos al lugar de la matanza destruidos y la asociación con los sucesos de 1968, se podía esperar una cierta movilización popular. El resultado fue penoso. En dos manifestaciones paralelas se consiguió reunir sólo a unas 5.000 personas. De nuevo, se formó sobre las calles de la capital mexicana la sopa de letras compuesta por las siglas de todo un sinfín de partidos, grupos y grupúsculos, incapaces de canalizar el movimiento popular surgido a raíz del terremoto.

La manifestación principal recorrió el paseo de la Reforma, desde el bosque de Chapultepec hasta la estatua del Ángel de la Independencia. Los manifestantes corearon los gritos de siempre, y casi daba la impresión de que allí no había pasado nada. Apenas había referencias al terremoto, salvo en algunos gritos, como: "Desalojo, desalojo al presidente, para que vea lo que se siente".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_