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Polémica en Italia por la irrupción de los videoterminales en la profesión periodística

Juan Arias

Se conoce ya como la guerra de los videoterminales y ha estallado en el diario Stampa Sera, la edición del lunes del periódico La Stampa, propiedad del grupo Fiat, que es el diario de mayor tirada de Italia después de Corriere della Sera, y con prestigio internacional.En algunos diarios italianos acaban prácticamente de implantarse las nuevas y avanzadas tecnologías de los sistemas computerizados. La Stampa usa los videoterminales desde hace dos años. Pero la guerra ha estallado estos últimos días porque se ha descubierto que dos de sus periodistas, Mauro Benedetti y Alessandro di Giorgio, consiguieron hurgar en el cerebro secreto donde se almacenan los artículos del periódico.

Según los periodistas, un poco por juego, un poco para demostrar cómo con un poco de conocimiento es posible entrar en el reducto íntimo de la tecnología más avanzada, de la misma manera que los muchachos norteamericanos que penetraron en el ordenador central del Pentágono. Según la dirección, que ha despedido a los dos periodistas, pudieron hacerlo sólo porque consiguieron conocer la clave secreta del cerebro.

Sus compañeros del diario La Stampa Sera se solidarizaron inmediatamente con los despedidos, convocando una huelga general que impidió la salida del periódico. A ello se unió la denuncia hecha por el diario L'Unità del uso indebido que las nuevas tecnologías del periodismo pueden hacer para "controlar y espiar a los periodistas".

Contra esta denuncia del órgano del partido comunista italiano, los propietarios de La Stampa -la sociedad editorial Fiat, de la familia Agnelli- ha presentado una demanda contra el periodista Michele Costa, responsable de tales insinuaciones.

Se trata del primer caso de este tipo que se produce en Italia, y el problema es grave. El tema de fondo es doble: cómo impedir que un intruso pueda violar los secretos depositados por cada periodista en el ordenador central del periódico y cómo evitar también que la propiedad o los responsables de la publicación puedan acceder y manipular artículos ya preparados por el periodista, almacenados y aún sin publicar.

La Federación Nacional de la Prensa -el sindicato único de los periodistas- se ha interesado en el caso, así como otros sindicatos que defienden el derecho del secreto del periodista que deposita un determinado material en el videoterminal, que debe ser reservado e intocable para todos.

De hecho, la polémica dentro de La Stampa y entre este periódico y L'Unità servirá sobre todo, como escribía ayer la otra prensa, para que se estudie a fondo el modo de salvaguardar los derechos de todos ante la llegada de las nuevas tecnologías.

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