Los escolares aprenden de Ernesto Halffter

Un día, los casi 2.000 colegiales que el pasado jueves estuvieron en el teatro Real contarán a sus hijos: "Yo escuché El sombrero de tres picos de Manuel de Falla, dirigido por su alumno más querido, Ernesto Halffter". Porque el primer concierto para escolares de la Comunidad de Madrid, en colaboración con el Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la música (INAEM), ha consistido en explicar y hacer oír el ballet de don Manuel basado en la novela de Alarcón.Ernesto, octogenario, parecía recobrar ademanes juveniles a la hora de dirigir los pentagrarnas de su maestro. ¿Podría atender a ellos realmente? Quizá el pensamiento se iría 60 años atrás, cuando en Sevilla, Falla vigilaba atento los ensayos del joven Halffter o, cuando en el Carmen de la Antequeruela granadina, don Manuel corregía los trabajos de su discípulo.

La película de su estudio con Falla, de su admiración por Falla, de su dedicación a los pentagrarnas que dejó Falla sin ultimar, debía pasar por la memoria activa de Ernesto mientras se demoraba con delectación en todos y cada uno de los rinconcillos de El tricornio. Recordaría la anécdota: "Falla asiste a una ejecución de su ballet en versión de concierto. Al final, entra a saludar al director, un nombre de prestigio. '¿Qué le ha parecido, maestro?'. 'Muy bien, quizá demasiado rápido'. 'Pero, maestro, he seguido los metrónomos indicados por usted en la partitura'. '¡Ah', decide Falla, 'cuando los puse era mucho más joven que ahora!".

La chiquillería lo pasó bien y se comportó excelentemente. Le gustó más la música que las explicaciones, quizá porque no eran, idóneas, por más que Rafael Taibo las entonase con convicción.

Anotemos que algunos datos estaban equivocados: el tema de Los vecinos se conoce perfectamente, pues es la albolá Esta noche mando yo..., y el motivo del ciego que tocaba el violín no tiene nada que ver con El sombrero, sino con las Noches, y fue utilizado por Vives.

La idea de,los conciertos escolares que la ONE practicó está en marcha. Perfeccionarla es más fácil que reiniciarla y sabemos, porque lo ha manifestado repetidas veces, que Jesús López Cobos está decidido a proseguir el empeño. Esta especie de preludio que tenía algo de homenaje a Halffter en su 80 aniversario, resultó atractiva y no exenta de emoción. Lograr el silencio y la atención de casi 2.000 niños no es asunto fácil.